Como dice el título, son tópicos polémicos,
de modo que está abierto a diálogo y debate, porque eso es la democracia auténtica
en definitiva.
I
Movadef ha ido desarrollando un
programa sobre la plataforma programática de la Amnistía y la reconciliación
nacional, la defensa de los derechos fundamentales y la persecución política a
dirigentes que se opongan al gobierno. Esos planteamientos que en apariencia
parecen correctos son erróneos: a) El programa carece un punto fundamental y
que tiene que ver con la indemnización a las víctimas inocentes de la guerra
civil (o cuando menos no está explicito) y que deben asumir la responsabilidad;b)
En la práctica asumen acríticamente el pensamiento Gonzalo lo cual es nocivo o
cuando menos que dicha ideología solo sea un signo y que no dañe la democracia.c)
El núcleo del Movadef es senderista y
esto lo sabe hasta los desertores de la izquierda burguesa .De modo que es
pertinente que abandonen el violentismo y toda forma nociva y se sujeten a los términos
de una democracia auténtica.Solo en ese sentido se podría hablar sobre amnistía
y democracia en el Perú.Y aspirar a un nuevo país.
II
OLLANTA es un presidente
complotado por todos los frentes sin embargo creo que podría representar el
presidente que dio inicio a la pacificación nacional y la amnistía general auténtica.Para
ello al igual que en Colombia con Juan Manuel Santos , debe iniciar las
negociaciones de paz con los levantados en armas del VRAEM y reinsertarlos a
la ciudadanía ,colocando como árbitro a Cuba. El Perú debe llegar a un diálogo
para no minar la democracia y desaprovechar todo lo que hemos logrado hasta el
momento como país y – considero - que nos falta mucho todavía.
III
El fujimorismo no realizó la
reconstrucción del país pues no le interesó reconstruir el país sino saquearlo
,destruirlo y entregarlo a las transnacionales ,rematando la industria nacional
(puesto que fue un mal negociador) y saqueando los activos de la venta.Y el
Acuerdo Nacional solo fue una pantalla para hacer creer al pueblo de que en
realidad se estaba haciendo la democracia pero en realidad fue la reunión de un
club de amigos (partidos) en la cual se discutió la manera en la que se iba a
asaltar el erario nacional: dentro de los lineamientos de la “democracia”. Lo
grave es que el Estado no asumió la responsabilidad por las víctimas del
conflicto interno. Sin embargo la
amnistía tanto para su líder como para el líder senderista podría ser factible
dentro de los lineamientos de la democracia auténtica y teniendo en cuenta la
indemnización de los inocentes del fatídico conflicto y los perdones pertinentes.No
querrán que se mueran en la cárcel!
IV
La guerra interna (o como otros le
llaman, guerra civil) en realidad no la ganó ni sendero ni el fujimorismo u
otro grupo beligerante, la ganó la ciudadanía en general.Ellos son los verdaderos
héroes del retorno a la estabilización de la sociedad.Así que una amnistía y reconciliación
en términos de democracia es posible.De modo que se haría responsable a los amnistiados,
al Estado y la ciudadanía en general si nuevamente caemos en la espiral de
violencia que vivió nuestro país en los años ochenta. En términos de democracia
se podría hablar de Amnistía y Reconciliación Nacional. En fin, Basadre decía
que el Perú era más grande que sus problemas.
FIRMES Y FELICES POR LA UNIÓN!
Mireille Mathieu - Himno a la Alegria
PUNTO Y APARTE
Daniel F - A la kloaka
Daniel F - A la kloaka
Alejandro y Maria Laura - Nadie puede amar a un fantasma
Alejandro y Maria Laura - Fiesta Para Los Muertos / El Chico del Pórtico
Alejandro y Maria Laura - Quisiera quererte / El Chico del Pórtico
"Oficial: EU es el mayor
Estado terrorista del mundo y se enorgullece de serlo".
Esa debería ser la
cabeza de la nota principal del New York Times del 15 de octubre pasado, cuyo
título, más cortés, dice así: "Estudio de la CIA sobre ayuda encubierta
provoca escepticismo sobre el apoyo a rebeldes sirios".
La nota informa sobre una
revisión hecha por la CIA a las operaciones encubiertas recientes para
determinar su efectividad. La Casa Blanca concluyó que, por desgracia, los
éxitos son tan escasos que es necesario reconsiderar esa política.
Se incluye una declaración del
presidente Barack Obama de que pidió a la CIA llevar a cabo esa revisión para
encontrar casos en los que "financiar y proveer de armas a una insurgencia
en algún país haya funcionado bien. Y no pudieron hallar mucho". Por eso
Obama tiene cierta renuencia a continuar con esos esfuerzos.
El primer párrafo cita tres
ejemplos importantes de "ayuda encubierta": Angola, Nicaragua y Cuba.
En realidad, cada uno fue una importante operación terrorista lanzada por
Estados Unidos.
Angola fue invadida por
Sudáfrica, que, según Washington, se defendía de uno de los "más notorios
grupos terroristas del mundo": el Congreso Nacional Africano de Nelson
Mandela. Eso fue en 1988.
Para entonces el gobierno de Ronald
Reagan estaba prácticamente solo en su apoyo al régimen del apartheid, incluso
violando las sanciones que su propio Congreso había impuesto al incremento del
comercio con su aliado sudafricano.
Washington se unió a Sudáfrica en
dar apoyo crucial al ejército terrorista Unita de Jonas Savimbi en Angola.
Continuó haciéndolo incluso después de que Savimbi sufrió una rotunda derrota
en una elección libre y cuidadosamente vigilada, y de que Sudáfrica le había
retirado el respaldo.
Savimbi era un "monstruo
cuya ambición de poder había llevado abrumadora miseria a su pueblo", en
palabras de Marrack Goulding, embajador británico en Angola.
Las consecuencias fueron
horrendas. Una investigación de la ONU en 1989 estimó que las depredaciones
sudafricanas provocaron 1.5 millones de muertes en países vecinos, sin
mencionar lo que ocurría en Sudáfrica misma. Fuerzas cubanas finalmente
vencieron a los agresores sudafricanos y los obligaron a retirarse de Namibia,
la cual habían ocupado ilegalmente. Sólo Estados Unidos siguió apoyando al
monstruo Savimbi.
En Cuba, después de la fallida
invasión de Bahía de Cochinos en 1961, el entonces presidente estadunidense
John F. Kennedy lanzó una campaña asesina y destructiva para llevar "los
terrores de la Tierra" a Cuba, según palabras del historiador Arthur
Schlesinger, aliado cercano del mandatario, en su biografía semioficial de
Robert Kennedy, a quien se asignó la responsabilidad de esa guerra terrorista.
Las atrocidades contra Cuba
fueron graves. Los planes consideraban que el terrorismo culminara en un
levantamiento en octubre de 1962, que daría pie a una invasión estadunidense.
Hoy día la academia reconoce que esa fue una de las razones por las que el
entonces primer ministro soviético Nikita Jrushchov emplazó misiles en Cuba,
con lo que se produjo una crisis que se acercó peligrosamente a una guerra
nuclear. El entonces secretario de la Defensa Robert McNamara concedió más
tarde que si él hubiera sido un gobernante cubano, "habría esperado una
invasión estadunidense".
Los ataques terroristas contra
Cuba continuaron durante más de 30 años. Desde luego, el costo para los cubanos
fue severo. Los recuentos de víctimas, de los que apenas si se oye en Estados
Unidos, fueron dados a conocer en detalle por primera vez en un estudio del
experto canadiense Keith Bolender, Voices From the Other Side: an Oral History
of Terrorism Against Cuba (Voces desde el otro lado: historia oral del terrorismo
contra Cuba), en 2010.
El saldo de la prolongada guerra
terrorista fue amplificado por un sofocante embargo, que continúa a la fecha en
desafío al mundo. El 28 de octubre pasado, la Asamblea General de la ONU avaló,
por vigésimo tercera vez, "la necesidad de poner fin al bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba". La votación
fue de 188 a dos (Estados Unidos e Israel) y tres abstenciones de subordinados
isleños de Estados Unidos en el Pacífico.
Hoy día existe cierta oposición
al embargo en altos estratos estadunidenses, informa ABC News, porque "ya
no es útil" (citando el libro reciente de Hillary Clinton, Hard Choices).
El experto francés Salim Lamrani pasa revista a los aciagos costos para los
cubanos en su libro de 2013 La guerra económica contra Cuba.
Apenas si hace falta mencionar a
Nicaragua. La guerra terrorista de Ronald Reagan fue condenada por el Tribunal
Internacional de La Haya, que ordenó a Estados Unidos poner fin a su "uso
ilegal de la fuerza" y pagar sustanciales reparaciones de daños.
Washington respondió
intensificando la guerra y vetando una resolución del Consejo de Seguridad que
llamaba a todos los estados –con dedicatoria a Estados Unidos– a observar el
derecho internacional.
Otro ejemplo de terrorismo se
conmemorará el 16 de noviembre, en el 25 aniversario del asesinato de seis
sacerdotes jesuitas en San Salvador por una unidad terrorista del ejército
salvadoreño, armada y entrenada por Estados Unidos. Bajo las órdenes del alto
mando militar, los soldados irrumpieron en la universidad jesuita para dar
muerte a los sacerdotes y a todo testigo, incluidas su ama de llaves y la hija
de ésta.
Este suceso culminó las guerras
terroristas de Estados Unidos en Centroamérica en la década de 1980, aunque sus
efectos aún ocupan las primeras planas, en los informes acerca de los
"inmigrantes ilegales", que en buena medida huyen de las
consecuencias de aquella carnicería y son deportados de Estados Unidos para
sobrevivir, si pueden, en las ruinas de sus países de origen.
Washington también ha surgido
como el campeón mundial en generar terror. El ex analista de la CIA Paul Pillar
advierte sobre el "impacto generador de resentimiento de los ataques"
de Estados Unidos en Siria, que podrían inducir aún más a las organizaciones yihadistas
Jabhat al-Nusra y Estado Islámico a "reparar su ruptura del año pasado y
hacer campaña conjunta contra la intervención estadunidense, presentándola como
una guerra contra el Islam".
Esa es ahora una consecuencia
familiar de las operaciones estadunidenses, que han ayudado a propagar el
yihadismo de un rincón de Afganistán a gran parte del planeta.
La manifestación más temible del
yihadismo hoy día es el Estado Islámico, o Isil, que ha establecido su califato
asesino en vastas zonas de Irak y Siria.
"Creo que Estados Unidos es
uno de los creadores claves de esta organización", asevera el ex analista
de la CIA Graham Fuller, prominente comentarista sobre aquella región.
"Estados Unidos no planeó la formación del Isil, pero sus intervenciones
destructivas en Medio Oriente y la guerra en Irak fueron las causas básicas del
nacimiento del Isil", añade.
A esto podríamos agregar la mayor
campaña terrorista del orbe: el proyecto global de asesinato de
"terroristas" lanzado por Obama. El "impacto generador de
resentimiento" de esos ataques con drones y con fuerzas especiales debe de
ser bastante conocido para requerir mayor comentario.
Todo esto constituye un registro
que hay que contemplar con cierto horror.
(*)Noam Chomsky es profesor emérito
de lingüística y filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en
Cambridge. Su libro más reciente es Masters of Mankind: Essays and Lectures,
1969-2013.