domingo, 17 de febrero de 2019

CARLOS MALPICA SILVA SANTISTEBAN (BIOGRAFÍA)

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CARLOS MALPICA SILVA SANTISTEBAN


(Chota, 1929 – Lima, 1993): Político y revolucionario, fue firme defensor de la reforma agraria y de los recursos naturales. Estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado y después en la Escuela Nacional de Agricultura en Lima. Tras su oposición al pacto del APRA con el gobierno de Prado, siendo diputado por Cajamarca (1956-1962), fue expulsado del partido en 1959 con otros militantes con quienes formó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (1962), que impulsó las guerrillas rurales en 1965. Fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente en 1978 y varias veces senador por el Partido Unificado Mariateguista e Izquierda Unida entre 1980 y 1992. Dejó numerosas obras como Guerra a muerte al latifundio, Los dueños del Perú, Crónica del hambre en el Perú, El mito de la ayuda exterior, Petróleo y corrupción, El poder económico en el Perú, entre otras.

Carlos Malpica Silva Santisteban, símbolo de la lucha anticorrupción y la moralización, partió a la inmortalidad hace 18 años con la bandera de la honradez, consagrada a los ideales de la justicia social y la equidad en el Perú. Rendimos nuestro homenaje a un político diferente, un hombre cuya vida estuvo consagrada a los ideales de la verdad y la transparencia; en resumen, un hombre de vida intensa y comprometida con la vida del Perú y la defensa de los intereses de la patria frente a la corrupción.

Celebramos al hombre agudo y tenaz, al buen padre, al excelente esposo, al amigo entrañable, al político de polendas, al “congresista de lujo en cualquier país del mundo”, como historiadores nacionales han dicho de él, y al militante imprescindible, compañero incansable en mil jornadas de lucha. Su diversidad es enorme, y por ello nos referimos centralmente al político, a ese joven militante, revolucionario, detenido, preso, rebelde, diputado, constituyente, senador Malpica; perseguido, renovador, disciplinado, organizado, deportado; al mariateguista consecuente hasta el último día de su vida; el que construyó, “sin calco ni copia”, la afirmación de un “socialismo cholo”.

Malpica fue de familia y padre aprista, militó desde joven en el Apra revolucionaria; fue perseguido durante más de una década, detenido y preso en el Panóptico, el Sexto y El Frontón. Felipe de Lucio y Guillermo Miranda, en la reseña biográfica de Carlos, señalan que las cárceles de entonces estaban reservadas para políticos de oposición, como lo constató Carlos Malpica. Fue un hombre de energía vital desde su juventud, que inició su carrera política a los 17 años, siendo dirigente estudiantil. Muy tempranamente fue elegido diputado por Cajamarca, en la lista del Partido Aprista, para el periodo 1956-62. Sin embargo, no secundó la colaboración del Apra con el presidente Manuel Prado, y pasó a la oposición señalando el carácter oligárquico del régimen. Abogó por la nacionalización del petróleo, la gran minería y la reforma agraria.

El Partido Aprista decidió su expulsión en la VI Convención de octubre de 1959. Junto a él, políticamente, se encontraban Luis de la Puente Uceda, Gonzalo Fernández Gasco, Manuel Pita, Máximo Velando, Luis Olivera Balmaceda, Walter Palacios, Elio Portocarrero, Luis Iberico y varias decenas de dirigentes, obreros, campesinos y estudiantes. En base a este grupo de militantes se crea el “Comité Aprista de Defensa de los Principios Doctrinarios y de la Democracia Interna”.

En mayo de 1960 se constituyó el Apra Rebelde, para tomar el nombre en 1962 de Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). El MIR peruano y el MIR venezolano constituyen los primeros partidos políticos de la nueva izquierda marxista a nivel continental. Estudiosos de la vida de Carlos Malpica señalan que la lucha heroica de la Comunidad Indígena de Chepén y la de los Obreros de la Hacienda Casagrande en el departamento de La Libertad son los antecedentes agrarios más resaltantes del nuevo MIR. En 1961, el diputado Carlos Malpica presentó al Parlamento el Proyecto de Ley de Reforma Agraria. Afrontó reclusión en la colonial penal del Sepa en 1963 y en El Frontón en 1965 por presunta participación en el conato guerrillero que dirigió Luis de la Puente Uceda. En 1975 el general Velasco lo deportó a Argentina. En 1977 fue asediado policialmente por Morales Bermúdez; por su responsabilidad en los movimientos reivindicativos de la Federación de Pescadores permaneciendo en la clandestinidad casi un año. Fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente en 1978 por la lista de la Unidad Democrática Popular (UDP). Postuló por la UDP a la presidencia en 1980. En 1980 fue elegido senador por el Partido Unificado Mariateguista PUM.

Participó en la fundación del PUM, confluencia de Vanguardia Revolucionaria (VR), el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Fue senador en el siguiente periodo 85-90 y reelegido en el 90-92 en las filas de la Izquierda Unida. Su bandera central fue la moralización administrativa. Fue un tenaz perseguidor de la corrupción, inmoralidad y la defensa de los intereses populares en los temas económicos y presupuestales.

Simultáneamente a su carrera política ejerció la cátedra universitaria, fue un ingeniero agrónomo con dominio del tema minero y con una actividad editorial fecunda. De su libro más conocido: “Los Dueños del Perú”, podemos decir que, salvo los “7 ensayos” de José Carlos Mariátegui, ningún otro ensayo de economía social y política ha tenido tal nivel de acogida. Desde “La Crónica de Hambre en el Perú”, hasta su última obra “Pájaros de Alto Vuelo”, Carlos Malpica nos deja una herencia enorme y fecunda, para arribar juntos a la construcción de una Patria para todos y todas o, como él diría, para que “hagamos de los pobres los dueños del Perú”.

Expresamos nuestro público reconocimiento al parlamentario fecundo, al espíritu crítico de reflexión previa y documentada, al hombre de criterio seguro e investigador prolijo, al infatigable buscador de la verdad, al fiscalizador implacable de los actos de inmoralidad en el manejo público, al tenaz defensor de los recursos naturales. Al hombre de inmensa calidad humana, ética y moral, de gran espíritu solidario. A ese hombre de corazón generoso, cuyo recuerdo late en nosotros.

Carlos nos dejó tareas pendientes de realizar. Queremos ser continuadores de su obra. Nuestro compromiso, como mujeres y hombres del Perú, es hacer de su memoria un ejemplo vivo, motivados por su legado invalorable, por su limpia trayectoria, por su valor, consecuencia y cálida sencillez. Carlos Malpica murió para nacer de nuevo, y por eso afirmamos nuevamente en este 82 aniversario que es el símbolo de los “muertos que nunca mueren”.

EL APRA REBELDE

La política de “convivencia” con el pradismo, inaugurada por Haya de la Torre en 1956, no tardó en encontrar detractores y descontentos en su propio partido.

En 1948, la fracasada insurrección de la marinería del Callao, impulsada por el Comando Revolucionario, había fracasado motivando el golpe de Odría y la ilegalización del partido. Poco después, en 1949, se había realizado clandestinamente en Lima un congreso de Reestructuración del APRA, con la participación de Magda Portal, Hernán Boggie y otros dirigentes medios, intentando dar nueva forma al partido bajo tesis abiertamente marxistas, y rechazando la teoría del “espacio-tiempo histórico” postulada por Haya como presunta superación dialéctica del marxismo.

En 1952, apenas salido Haya de su prolongado asilo político en la embajada colombiana en Lima, grupos de apristas desterrados habían manifestado su desacuerdo con su posición pronorteamericana.
La abierta discrepancia de estos grupos cuando el APRA retorna a la legalidad en 1956, culmina en la formación del Comité de Defensa de la Democracia Interna y los Principios Primigenios del APRA, encabezado por Luis de la Puente en 1959 que tomaría poco después, sintomáticamente, el nombre de APRA Rebelde recordando al Ejército rebelde cubano.

La Primera Asamblea Nacional del APRA Rebelde, realizada en 1960, acuerda formación de una comisión encargada de estructurar un proyecto de ley de reforma agraria para ser planteado al Parlamento. El proyecto, presentado en la legislatura de 1961 por Carlos Malpica, pretendía abolir las formas de trabajo serviles en todas sus manifestaciones y establecía límites a la propiedad terrateniente; postulaba la indemnización a los propietarios con bonos organizados en asociaciones, sindicatos y comunidades.

Estos grupos trataban de retomar el antilatifundismo que había caracterizado al APRA, su base principal estaba en círculos del estudiantado universitario y en muy limitados grupos campesinos y no lograron afectar seriamente la gran estructura del APRA tradicional, partiendo del que fueron expulsados en 1959.

El APRA Rebelde inició una rápida evolución hacia las ideas marxistas. En marzo de 1962, su Asamblea Nacional acuerda adoptar el nombre de Movimiento de Izquierda revolucionaria, MIR, imitando al MIR venezolano originado en Acción Democrática, que estaba alzado en armas, y asume como definición ideológica al marxismo-leninismo.

La “Proclama revolucionaria al pueblo peruano” firmada por Luis de la Puente, Gonzalo Fernández Gasco y Guillermo Lobatón en abril de 1965, es bastante reveladora del pensamiento político de los líderes del MIR. Según este documento, el agro tiene una estructura feudal, la burguesía nacional está postrada por el latifundismo y el imperialismo. El país se encuentra en una situación tan crítica que casi no cabe duda acerca de que el pueblo colaborará primero y se incorporará a la lucha después. Los guerrilleros rompen con la vía electoral, porque la mayoría del pueblo no participa de las elecciones (en 1965 no votaban los analfabetos); descartan el lanzamiento de masas desarmadas a la lucha; y dejan de lado el “método tradicionalista y burocrático del trabajo de masas”.

La filiación marxista-leninista se expresa finalmente en el Manual de capacitación ideológica escrito por Luis de la Puente Uceda en 1965. Es importante decir que rompe también con las tesis organizativas de El Antiimperialismo y el APRA al señalar a éste como un partido seudomarxista y policlasista, lo que considera una falla de concepción.

“Resulta importante anotar cómo la izquierda guerrillera de la época procesaba la discusión que se producía en el campo internacional y los cambios que se daban en el proceso social del país. La discusión era ignorada o, en todo caso, sobreentendida. Los cambios sociales eran considerados y analizados, aunque sólo en parte. Se acudía hacia las zonas rurales en la esperanza de liderar al campesinado, aunque no se valoraba suficientemente las dimensiones-y, por tanto, los límites- de su acción. En un momento en que se afirmaba que es revolucionario “el que hace la revolución” –y habían hecho la revolución movimientos no marxistas en Argelia y Cuba-, se retomaba al marxismo-leninismo como la única ideología que garantizaba una interpretación acertada y una línea correcta.”

La experiencia misma de la izquierda guerrillera no se reflejó-o no alcanzó a reflejarse- en posiciones teóricas más elaboradas que recogiesen los cambios de aquellos años, debido a que la preocupación fundamental era estratégica. En el aspecto programático, asumía las tareas planteadas en los años 30: nacionalización de los recursos naturales y reforma agraria, principalmente, sin avanzar nada en la forma concreta de hacerlo, que se postergaba para un futuro no determinado.



 Fuente:






CUANDO LA HONESTIDAD SE IMPONE


Cuando efectivamente la honestidad se impone, dentro de sólidos y variados principios, si hay que tomarlo, a como de lugar, de ejemplo. Incluso cuando provienen de un personaje que tuvo ideología propia,  determinada y excluyente que, felizmente, no es la de la mayoría de los peruanos. La del marxismo leninismo que enarboló como modelo de vida y, hay que reconocerlo, fue completamente consecuente con ello. Como no lo fueron, ni lo son, muchísimos farsantes y engañadores que, dentro de esta posición, dizque de avanzada,  juegan con las necesidades del pueblo.  Así se esté o no  de acuerdo con lo que pensó, cabe buscar lo bueno que  aportó. Sí que es admirable el resultado encontrado, luego de comprobar al leer su obra y repasar su vida, que a lo largo de su limpio caminar político, como impecable parlamentario y  analista profundo de la realidad nacional, le tocó denunciar, a cabalidad, las lacras de la sociedad. Con rígidos estudios y comprobadas conclusiones que las plasmó en varios libros. Lo destacable aquí no es, precisamente, lo ideológico. Resalta, con evidencia, la comprobación de que con lo que hizo, actuó y escribió se tuvo, como pensamiento exclusivo y permanente, al Perú en toda su extensión y en su caminar efectivo por despegar y conseguir la plenitud  de sus realizaciones.

Ello toma cuerpo, se robustece y se tiene que recordar sobre todo en la actualidad, en momentos dramáticos en que el país se debate en una de sus peores crisis de corrupción, de inmoralidad y sus instituciones representativas, como el Congreso de la República, la cuna de la ley, es, sin exageración, una cloaca de miseria  ética y mediocridad total. Allí, no hace mucho, hasta Adam Smith el economista escocés fue voceado como el pensador griego. Qué barbaridad. Lo ha dicho inerte, monda y lironda la congresista, Elsa Anicama, conocida nada más y nada menos que como la  “roba cable”.

PROTOTIPO

La excepción y el modelo como prototipo lo puso a lo largo de su existencia pública tan variada de profesionalismo y sobre todo sacrificada llena de persecuciones y destierro, Carlos Malpica Silva Santisteban,  en su condición de Diputado por Cajamarca entre 1956 y 1962, Constituyente de 1978 a 1979, Senador, de 1980 a 1990 y de este último año a 1992 repitió el plato en la Cámara Alta. Perdió su curul legislativa, por el ilegitimo autogolpe de estado protagonizado por Fujimori.

El mismísisimo y renombrado autor de los libros que marcaron hitos y épocas de perdurable, persistente denuncia inerte, desgarrante y que sirvieron para reconocer, por un lado, los grandes abismos sociales y económicos en que estaba sumido la clase rica y empresarial del país con un poder desenfrenado, en medio de una pobreza tremenda de la gran mayoría de peruanos y por otro, la acusación directa y exacta de la corrupción en determinadas actividades productivas como la pesca extractiva y la compra de armamento, con la consabida coima para determinados grupos políticos. 

MAS DE 15 EDICIONES

Entre esas publicaciones de Malpica, que remecieron el cotarro político y económico de la época, figura como la más conocido: “Los Dueños del Perú”, aparecida en 1964 y que a la fecha ha alcanzado admirablemente más de 15 ediciones, verdadero ensayo de economía comparable, para los entendidos, con  “Los Siete Ensayos” de José Carlos Mariátegui. Los primeros originales fueron escritos por el autor cuando sufrió injusta prisión  por razón de sus ideas políticas.

Aquí aparecen los grupos de poder, sus transformaciones, ambiciones desesperadas, quiebras y desapariciones. Un ensayo  social y político de gran valor que sirve, evidentemente, como manual de la historia económica del país. No hay antecedente más importante dentro de la línea de investigación que esta obra del cajamarquino

Un estudio conciso cargado de información en la que se descubrió, con facilidad, quien era quien en el mundo del dinero peruano. Las famosas familias dueñas de haciendas conectadas con los bancos y aseguradoras, propietarias de terrenos urbanos y de las industrias mencionadas, una a una, con nombres y apellidos.

 En las páginas de este libro también se puede encontrar, con facilidad, una interpretación profunda y completa de los medios de comunicación nacionales e internacionales, según el pensamiento político del  investigador. Que sirve, claro que sí. No obstante tener un fuerte contenido marxista que muchos no comparten.

“LOS DOCE APOSTOLES”

Alrededor de la mitad de los 80, una década después de finalizada la revolución militar, el mismo Malpica empezó a usar otra expresión que se haría igualmente famosa: "los doce apóstoles", quienes actuaban para su conveniencia alrededor del líder aprista y Presidente de la República, Alan García Pérez. A ellos les dedicó otro libro, de tres tomos, de una monumental obra con el título de: “El Poder Económico en el Perú”.

Una nueva investigación que buscaba resolver como cambiaron los grupos de poder en el Perú tras ocurrir las dos fases del gobierno militar, el segundo periodo de Belaunde y la heterodoxia  de  García entre 1985 y 1990 que nos mandó al despeñadero económico, con una crisis tremebunda y la hiperinflación galopante que azotó a toda la población. Nadie se salvó del fracaso, sin precedentes, que se presentó.

"Los doce apóstoles" tenían magníficas relaciones con los bancos, industrias, la construcción y la gran prensa. Entre sus componentes se contaban: al Grupo Romero, los Raffo, Nicolini, Bentín,  Piaggio, Picasso, Wiese, Ferreyros, Benavides de la Quintana., Brescia, Piazza y los Delgado Parker.

Fueron los engreídos de García, durante sus dos primeros años, hasta que se rompió la relación con la fallida estatización de la banca. Los apóstoles, en mancha posteriormente, se enrolaron al fujimorismo a partir de 1990.

ANGELITOS

El último libro del autor,  se publicó póstumamente en diciembre de 1993,  con el sugestivo nombre de “Pájaros de Alto Vuelo”. Lo que sostuvo en esta oportunidad, concretamente, es  que en la reventa de 14 aviones Mirage 2000 con reequipamiento de tierra y armamento de corto, mediano y largo alcance, hubo una coima contante y sonante de 100 millones de dólares.

En la publicación también se incluyó la investigación que hizo sobre el depósito, con soborno de por medio, de parte de las reservas nacionales del país en el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) de Panamá, durante los años 1986 y 1987. En ambos casos, de acuerdo a la versión de Malpica, actuaron, entre otros, el Presidente Alan García, el  del Banco Central de Reserva de aquel entonces Leonel Figueroa Ramírez, sus gerentes generales Brian Jensen y Hector Neyra, al igual que los asesores presidenciales, Héctor Delgado Parker y Hugo Otero Lanzarotti.

El primero de los asesores connotado miembro de la familia de broadcasters, dueños de Panamericana Televisión y Radio Programas del Perú (RPP).  Mientras que el segundo era el hijo de un fundador del Apra, con el mismo nombre y apellido paterno, que antes de llegar al poder vivía, muy modestamente, en un departamento ubicado en la avenida Pezet de  San Isidro, trabajando en una agencia de publicidad. Lo real era que el soporte efectivo del hogar lo daba su esposa francesa de aquel entonces, con clases de ese idioma que dictaba en  una especie de colegio que hizo en su propia casa.

¡QUE TAL CASITA!

El comunicador, durante el gobierno aprista además de asesor, fue nombrado Jefe del Sistema Nacional de Información con categoría de Ministro de Estado y luego Embajador en Francia. Lo probado es que  compró una casa de lujo, ubicada en la mejor zona de Lima, por la que pagó 200 mil dólares, cifra excesivamente alta de aquella época. La pregunta en ese entonces, caía por madura: ¿De dónde pecatamea el siniestro publicista, que poseía, además, varios pasaportes para viajar subrepticiamente  por todo el mundo?

Fuentes fidedignas, según versión del denunciante, afirmaron que se canceló la adquisición del inmueble con un cheque de una cuenta numerada en Panamá, con dinero sobrante de la campaña electoral firmado por un “compañero, cuyo nombre se inicia con A y su apellido con B

Otero organizó la presentación de García ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York y ante la FAO en Roma, comprobándose que asistió a la reunión con el Presidente de Egipto Mubarak, cita en la que también estuvo Delgado Parker 

El íntimo amigo de García, que nació en Chile pero optó, a la mayoría de edad por la nacionalidad peruana, también estuvo presente en las reuniones que tuvo el Presidente Garcia con la primera comisión negociadora de los Mirage, conformada por Figueroa, Delgado Parker y otros. 

SECRETOS

Un viaje al extranjero del Presidente García y secretos, tanto en la agenda como en su recorrido por Europa. No se supo donde estuvo durante 4 días. Muy probablemente, de acuerdo al punto de vista del investigador y amparándose en versiones de varias personas, el mandatario permaneció en la mansión que su futuro compadre y Presidente de Venezuela, Carlos Andes Pérez, tenía en la Isla italiana de Capri, realizando largos paseos en el yate de su anfitrión. Muy posiblemente visitó  la Isla de Elba y también Grecia. ¡Qué buena vida!

El denunciante sostuvo en el libro que la conducta de García, de principio a fin de su primer gobierno, respondió al consejo de Pérez, padrino de su hijo Alan Raúl, en el sentido de hacer mucha plata para poder reelegirse. Calculó por relatos de enemigos y allegados, una fortuna del líder aprista de 100 a 200 millones de dólares.

Actuó, en la coima de los mirages según Malpica, un delincuente de alto vuelo  llamado Abdul Rahman El Assir, traficante de armas de origen libanes nacido en 1947. Siendo antes diplomático, hasta hizo matrimonios por conveniencia e ingresó a tal mundo siniestro.

Militante izquierdista en una época, muy allegado al presidente del Gobierno de España, Felipe González, país en que vivió un buen tiempo. Así se convirtió en el principal comerciante de dichos artículos de guerra españoles en el exterior, con millones de millones de dólares en la palestra de las negociaciones sucias.

CONTACTO

Su contacto español primordial, Enrique Serasola, el empresario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), intimo del referido gobernante. Extendió sus tenazas corruptas hacia Venezuela gobernada por Pérez y de allí al Perú. El Assir llegó a Lima en tiempos de García, a quien conoció en Capri entre Julio y Agosto de 1885.

 Incluso, y está probado, que asistió a la transmisión del mando en el Congreso de la República. Posteriormente, le trajo a Alan un cocinero marroquí para mejorar la comida de Palacio de Gobierno y, en París, vivió en el mismo hotel de Delgado Parker, durante las negociaciones de los mirage. Muchas coincidencias que implican, evidentemente, actos dolosos.

Malpica escribió un total de 20 libros.  Entre ellos figuran, además de los mencionados, “Petróleo y Corrupción”,” El Mito de la Ayuda Exterior”, “ La Verdad sobre el Gas de Camisea”,” Los Dueños de la Región Grau”, “El Antiimperialismo del Apra y los Contratos Petroleros”,” Deuda Externa Problemas y Soluciones”, “La Desnacionalización de la Flota de Pesca Perú”,” Crónica del Hambre en el Perú”, “Anchovetas y Tiburones”,” Los Ricos no Pagan Impuestos”, “Los Bancos Nacionales y sus Filiales” y otros.

NACIMIENTO

Nació en Chota, Cajamarca, el   26 de Octubre  de 1929. Estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima y después en la Escuela Nacional de Agricultura, hoy Universidad Nacional Agraria, donde se graduó como Ingeniero Agrónomo.

Era de familia aprista. Incluso su padre, Carlos Malpica Rivarola, quien vino al mundo en Bambamarca Hualgayoc, Alcalde de Cajamarca, Senador de la República por esa agrupación política  en la que militó desde muy joven y perseguido por más de una década. Luego preso, largo tiempo, en las cárceles de El Panóptico, el Sexto y el Frontón.

 Muchos años, más de 15, exiliado en Guatemala y, en su juventud, un revolucionario que fue uno de los que tomó  la ciudad de Chota, pistola en mano, tras un levantamiento armado protagonizado por el partido de Haya de la Torre. La madre, una distinguida dama de conocidas familias cajamarquinas, María Elena Silva Santisteban. El pensador e investigador era el mayor de cuatro hermanos: Maria Elena, Rodolfo y Mario Malpica Silva Santisteban.

DIPUTADO

Muy joven aún y superada la edad límite, en 1956, elegido diputado por su tierra natal en un parlamento que, efectivamente, fue brillante. El congresista  se situó en la oposición total porque estuvo en contra del siniestro pacto de su partido con el gobierno conservador de Manuel  Prado Ugarteche, el mismo que  se conoció con el nombre de la convivencia. No obstante, todavía era aprista de filiación política. A los 17 años se había enrolado a esas filas  con una posición enteramente progresista, convirtiéndose en un aguerrido dirigente estudiantil

Compartía el pensamiento auroral del Apra. El que creía, a pie juntillas, en la lucha contra el imperialismo yanqui, la nacionalización de tierras e industrias, la unidad política de América Latina, la internacionalización del Canal de Panamá y la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo. Los famosos 5 puntos máximos de esa agrupación que nació en México.

El partido, precisamente, ya no tenía la concepción inicial de intenso progresismo y revolución. Había pasado, a las claras, de posiciones eminentes de izquierda a la derecha total y vergonzante. Lo demostraba, precisamente, su pacto con Prado. 

EL CONGRESO

En el Congreso, conformado por la Cámara de Diputados y Senadores, La mayoría la tenían los pradistas . En la primera de ellas con figuras como Carlos Ledgard Jiménez, Javier Ortiz de Zevallos, Armando de la Flor,  Jorge Chocano, Pedro Repetto, Augusto Durand Dyer, Eduardo Watson Cisneros y otros seguidores incondicionales del frívolo mandatario, hijo de Mariano Ignacio Prado: una de los políticos  más criticados de la Historia del  Perú, por haber abandonado el país en plena Guerra con Chile y hoy lapidado por Víctor Andrés García Belaunde que, en un documentado libro,  prueba que este personaje incluso tuvo innumerables negocios mineros, de carbón y de otra índole en el país del Mapocho, casa de lujo en Valparaíso y una amistad imperecedera con los políticos, militares y mandatarios chilenos.

En el Senado, en aquella época, habían dirigentes insuperables como el poeta  José Gálvez Barrenechea, el eminente historiador y diplomático Raúl Porras Barrenechea, el impecable médico arequipeño Julio Ernesto Portugal, los talentosos juristas  Mario Polar, Juan Chávez Molina y  Alfonso Montesinos y  Montesinos, entre muchos otras personalidades de primera línea.

La oposición sí que destacaba y es considerada por los analistas y entendidos, con Malpica como uno de sus brillantes integrantes, una de las mejores que ha pasado por el Congreso de la República, en los últimos 70 años, conformada por excelentes tribunos  del pueblo que pertenecían mayoritariamente a las filas de la Democracia Cristiana, la que más brillaba, Acción Popular y otras agrupaciones políticas.

LA MUJER

La mujer estuvo representada por primera vez en el  Congreso, luego de que en las elecciones de 1956 se le dio derecho al voto y sufragio. Entre las primeras parlamentarias estuvieron: Lola Blanco de La Rosa Sánchez, Alicia Blanco de Salinas, María Eleonora Silva Silva, Maria Colina de Gotuzzo, Matilde Pérez Palacios, Juana Ubillus de Palacios y Carlota Ramos de Santolaya.

Presentó en la Cámara Baja, de aquella época, un proyecto de ley de reforma agraria enteramente radical para repartir la tierra entre el campesinado  que, dicho sea de paso, ni siquiera se discutió. Lo encarpetaron y paso de frente al archivo del olvido total congresal. El documento si salió, oportunamente, en forma de libro bajo el titulo de: “Guerra a Muerte al Latifundio”.

Con la medida, el autor pretendía abolir las formas de trabajo calificadas por él como serviles, en todas sus manifestaciones. Asimismo estableció límites a la propiedad terrateniente, postuló la indemnización a los propietarios con bonos organizados en asociaciones, sindicatos y comunidades. 

EXPULSION

Abogó también, en esa época, por la nacionalización del petróleo y  la gran minería. Algo de eso se hizo en el régimen militar de Velasco y resultó, por donde se le vea, un fracaso total. Las mentadas reformas  nos sumieron en una crisis total, que hasta ahora arrastramos. Pero allí no tuvo nada que ver el insigne profesional. Por el contrario, resultó un opositor a esa dictadura en sus dos fases que duraron casi 12 años, de 1968 a 1980.

El Partido Aprista decidió su expulsión en la V Convención Nacional, realizada el mes de Octubre de 1959. Lo mismo  se hizo con el grupo que actuaba conformado por otros militantes: Luis de la Puente y Uceda, Gonzalo Fernández Gasco, Manuel Pita, Máximo Velando, Luis Olivera Balmaceda, padre del posterior congresista, Fernando “Popy” Olivera Vega, Walter Palacios y Elio Portocarrero, entre otros.

En base a este grupo se creó el “Comité Aprista de Defensa de los Principios Doctrinarios y la Democracia Interna”. A renglón seguido, en Mayo de 1960 se constituyó, con los mismos cuadros, el Apra Rebelde que tomó, dos años después, el nombre de  Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), ya de clara orientación marxista.

SOPRENDENTE

Lo que no se sabe a cabalidad si, efectivamente, Malpica luchó en la guerrilla de 1965 que, dicho sea de paso, resultó un fracaso y arrasada por completo por el Ejército. En tiempos del primero gobierno de Belaunde. No se merecía el régimen enteramente democrático presidido por el Arquitecto, ni menos el Perú, una irrupción violenta de este  tipo.

Hay algunas corrientes de opinión que aseguran que el destacado dirigente no estaba muy de acuerdo con el levantamiento armado, por no tener una base sólida de doctrina y consolidación. Ni tampoco efectivo apoyo popular. Sin embargo, tal posición carece de fundamento documentario y de declaraciones públicas y precisas del involucrado. La incluimos porque eso es lo que se comentó, con intensidad, en los círculos políticos de aquellos tiempos.

Lo cierto y comprobado es que, en Noviembre de 1967, fue candidato a diputado por Lima de lo que se denominó el Frente de Unidad de Izquierda, durante una elección complementaria para cubrir la vacante de un miembro de la Cámara Baja fallecido, el laureado escritor Ciro Alegría.

La  alianza estuvo impulsada, principalmente, por el Partido Comunista Ortodoxo el que seguía los lineamientos de la Unión Soviética, critico implacable de la guerrilla de de la Puente. El postulante sacó una significativa votación que, efectivamente, llamó la atención, logrando un sorprendente 17%. El mejor desempeño de un candidato de izquierda hasta entonces. 

GUIÑAPO

 El triunfante de los comicios fue el postulante del Apra y la Unión Nacional Odriista: el abogado y periodista arequipeño conservador Enrique Chirinos Soto, en cuya campaña electoral enarboló el impactante lema, “Tú Protesta es mi Protesta”, con el 44.9% de los votos. Mientras que el candidato de Acción Popular y la Democracia Cristiana, el educador y ex ministro Carlos Cueto Fernandini, logró el segundo lugar, acumulando 38.2%. Estas elecciones se realizaron después de una tremenda devaluación que llevó el dólar de 27 a 45 soles.

Volvamos a la guerrilla para juzgarla en su entera significación. Desde el punto de vista político, el MIR era un engendro rebelde del Apra que pasó a ser maoísta, foquista militarmente. Con ideas castristas. La agrupación, minúscula y extremista,  recibió apoyo de los cubanos.

 Un conglomerado aberrante que nunca tuvo posibilidades efectivas de éxito. Ni tampoco puso en jaque al país. Levantados en distintos puntos del Perú, los guerrilleros en ningún momento recibieron la adhesión del pueblo. Mucho de idealismo equivocado, poca coherencia y menos habilidad.

Hasta se aseguró que de la Puente, ni siquiera, pudo luchar con efectividad porque le faltaba salud.  Este hombre, de origen trujillano socialmente linajudo, sufría constantemente tremendos ataques de asma  que lo convertía en un guiñapo  humano, incapaz de agarrar un arma e incluso disparar al enemigo. 

PENA DE MUERTE

Según un estudio hecho por el analista y ex diputado de Izquierda, Carlos Tapia García, titulado “La Estrategia Contrasubversiva y la derrota de Sendero Luminoso”, los del MIR trasladaron, entre Mayo y Diciembre de 1964, a sus cuadros a varias zonas rurales: Ayabaca, Jaén y Huamachuco en el norte. Andamarca y Púcuta en la ceja de selva de Junín y a un sector de difícil acceso conocido como Mesa Pelada, en la provincia de la Convención y Lares del departamento del Cusco. 

El grupo de Huamachuco fue capturado antes de llegar a instalarse en la zona seleccionada y el de Jaén se trasladó a Ayabaca, conformándose sólo tres guerrillas denominadas de la siguiente manera: Túpac Amaru en Junín, Manco Capac en Atabaca y Pachacutec en la Convención y Lares.  

El 9 de Junio de 1965 inició sus acciones la guerrilla Túpac Amaru, asaltando la mina Santa  Rosa y  volando el puente de Runatullo. El 17 de Junio, en la quebrada de Yahuarina, emboscaron a una patrulla de la guardia de asalto de la entonces Guardia Civil. Le ocasionaron nueve bajas y se apropiaron de su armamento. 

El Poder Ejecutivo se vio obligado a disponer la intervención de las Fuerzas Armadas para acabar con la subversión, en el menor tiempo posible. El Congreso aprobó la pena de muerte contra aquellos que se  levantaron en armas. 

PLANEAMIENTO 

El planeamiento militar fue simple. Se trataba de aniquilar los focos guerrilleros que estaban perfectamente ubicados, como producto de un eficaz trabajo de inteligencia. Para tal efecto, las fuerzas del orden legítimas emplearon, en total, tres batallones seleccionados que primero cercaron la guerrilla Pachacutec con sus principales dirigentes. De la Puente entre ellos y, el 23 de Octubre de 1965, la ubicaron en la localidad de Amaybamba, siendo totalmente aniquilada. 

Posteriormente reforzaron, con estas mismas tropas, el cerco tendido por los soldados sobre la guerrilla Túpac Amaru y la obligaron a dispersarse. Al poco tiempo, capturaron a sus dirigentes  que también murieron. La guerrilla Manco Cápac nunca entró en acción y, para romper el cerco, sus conformantes tuvieron que atravesar la frontera con el Ecuador. Cuando posteriormente reingresaron al país, sus principales dirigentes y cuadros fueron detenidos. 

El número de guerrilleros que participaron en las acciones llegaron a superar el centenar. Aproximadamente la mitad de ellos fallecieron. De parte de las FFAA, las bajas heroicas bordearon la treintena. 

El operativo contrainsurgente duró seis meses. Al cabo de los cuales el Comandante General del Ejército, en una sesión  especial del Gabinete Ministerial y con la presencia del Presidente Belaunde, pudo informar ante la opinión pública de la misión cumplida a cabalidad.La tranquilidad pública retornó al país, para bien de todos los peruanos. 

PRESO 

En la década del 60, la cárcel no le fue ajena a Malpica. Afrontó su reclusión y pérdida de la libertad en la colonia penal de El Sepa ubicada en la inmensidad de la selva peruana, en tiempos de la Junta Militar de Gobierno de 1963. Lo mismo ocurrió  en el Frontón, situado en el puerto del  Callao, dos años después, por su presunta participación en el connato guerrillero encabezado por de la Puente y Uceda. 

Velasco lo deportó a la Argentina en 1975 y Morales Bermúdez lo persiguió a mansalva policialmente, en fecha posterior, por su responsabilidad en los movimientos reivindicativos de la Federación de Pescadores, a la cual asesoraba. En esta oportunidad, casi un año permaneció en la clandestinidad.

Fue designado por el pueblo como miembro  de la Asamblea Constituyente en 1978-1979, en la lista izquierdista de la Unidad Democrático Popular (UDP). Postuló sin éxito y con reducida votación popular  a la Presidencia de la República en 1980, elecciones que fueron ganadas impecablemente por  Fernando Belaunde Terry. 

SENADOR

Lo que si lo eligieron, en esa oportunidad, Senador de la República por el Partido Unificado Mariateguista (PUM). Había participado en su fundación que era una confluencia de agrupaciones marxistas tales como: Vanguardia Revolucionaria (VR), Partido Comunista Revolucionario (PCR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

Senador en el siguiente periodo 85-90 y reelegido del 90 al 92 por las filas de Izquierda Unida. Su bandera central, en dichos años, la moralización administrativa y se convirtió en un tenaz perseguidor de la corrupción y la inmoralidad.

Simultáneamente a su carrera política, ejerció la cátedra universitaria en la Universidad Nacional Federico Villareal, con pleno dominio y conocimiento de las actividades productivas del país. Siempre con la reflexión previa y documentada, como tenaz defensor de los recursos naturales.

La muerte lo sorprendió durante una recepción que se llevó a cabo en la casa del líder de la Democracia Cristiana, Héctor Cornejo Chávez, quien había invitado a un grupo significativo de políticos de diferente color partidario para celebrar su cumpleaños.

FALLECIMIENTO

El distinguido dirigente, que ya sufría de serios problemas cardiacos, luego de conversar con distintas personalidades colegas suyos en el  Parlamento, de distintas épocas, se dirigió al baño de visitas, luego de despedirse, sin decirle nada a nadie, para tomar una pastilla  sublingual que le había recetado su médico. Ingreso a dicho lugar, cerró la puerta con seguro y nunca más la pudo abrir. La reunión de camaradería se desarrollaba en todo su esplendor.

Los minutos pasaron y la concurrencia  comenzó a sorprenderse, por no poder usar dicho servicio. Hasta que se abrió el compartimento de madera, sin saber lo que efectivamente había ocurrido, en los servicios higiénicos.

Estaba sentado inclinado en el wáter con una de las manos en la boca y la cápsula cerca a la lengua que no llega a tomarla. La otra extremidad superior  en el suelo, sosteniendo enclenque el cuerpo. Ya era cadáver, por efectos de un fulminante ataque cardíaco que le causó de inmediato la muerte.

Un clamor intenso de pena, mezclada con una sorpresa dolorosa general, se propagó por  la casa. Todos los concurrentes estaban entre muy sorprendidos e intensamente impresionados. Nadie podía creer lo que había ocurrido. Si hacia unos minutos, Carlos Malpica, departía alegre con los asistentes entre risas y conversaciones intensas. Su vida se había acabado a los 64 años. El Perú  estaba de luto, por el fallecimiento de un significativo pensador. Era el 15 de Noviembre de 1993.

OPINA LA PRIMOGENITA

Entre los testigos presenciales del suceso trágico, además de Cornejo Chávez, estuvieron: el que fue Diputado por Lima entre 1963 y 1968, Alfredo García Llosa, el ex  Ministro de Agricultura y también parlamentario por Huánuco en ese mismo periodo, Rafael Cubas Vinatea, los dirigentes democristianos, César Carrillo Salinas, Manuel Ruiz  Huidobro, Ernesto y Gachi de Melgar, Juan Medina, los hermanos Alvarez, el ex Canciller Rafael  Roncagliolo y Alfredo Filomeno Jarrín, ex seguidores del líder de la DC  dueño de casa y dirigentes del Partido Socialista Revolucionario (PSR).
En su desenvolvimiento  personal, era un hombre de trato afable. Tremendamente conversador y evidentemente  bromista. A carta cabal, un contador ameno de un sin fin de anécdotas e historias de todo tipo y condición. Así lo recuerda, con inmenso cariño, su hija mayor María del Pilar Malpica Coronado, quien es una renombrada abogada penalista de profesión.

Ella subraya mucho las enseñanzas de su padre que le inculcó, a pie juntillas, a plantarse en una existencia de sólidos principios. Por eso es que le decía con convicción: “Vive de tal manera que nadie te reclame nada, para que seas respetada más que temida. Hazte valer y  que, de todas maneras, tú vida valga la pena” Palabras de profundidad eminente que nunca olvida y que le sirven como modelo, habiendo transmitido por eso, a sus hijas, lo mismo. ¡Qué buen padre y qué buena madre!

CONCLUSIONES

Más aún, las frases son de entero significado que las lleva presentes porque, para Marita, su progenitor forma parte de “los muertos que nunca mueren por todo lo positivo que dieron”… Malpica vive, efectivamente y en sentido figurado, con sus recuerdos y su acrisolada honradez de todas maneras”, sostiene con convicción plena.

Los otros vástagos del eminente pensador son: Carlos  Alberto Malpica Coronado de profesión Médico Cirujano, Gabriela Ximena, Cirujana Dentista y Carla Verónica  Malpica Molina, diseñadora publicitaria. Su viuda,  Teresa Blanca Margarita Molina Pongthaget, fallecida lamentablemente el año pasado.           

Vida de polendas, vida intensa de realizaciones plenas en el plano del pensamiento peruano y en el desenvolvimiento parlamentario. El personaje insigne tomó partido, puso el pecho valientemente y se la jugó por entero. Hacerlo, como él lo hizo, ya es un mérito.

 Recordarlo, evidentemente, una obligación porque hasta hoy en día necesitamos políticos de la transparencia total de aquel hombre que si creyó que se puede caminar por la senda de la honradez, aunque se enarbolen doctrinas e ideologías que no concuerden con la realidad. No reconocerlo  sería un pecado antidemocrático. Este sistema, el menos malo de la faz de la tierra, tiene que acogerlo de todas maneras. Si se quiere ser consecuentes Por eso hay que decir claramente, a  los cuatro vientos: ¡Malpica fue un gran hombre público! (Edgardo de Noriega)


 Fuente:




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