domingo, 28 de enero de 2018

ENTREVISTAS DE JOHN REED A LENIN

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La primera entrevista de Lenin


A continuación la histórica primera entrevista que le hizo John Reed a Lenin:

Me encuentro situado en el Palacio de Invierno donde un día después de la exitosa revolución se respira un ambiente algo revuelto ya que solo hace un par de horas de que Lenin junto con los bolcheviques, los obreros, los campesinos, y los soldados, es decir, todos los comunistas tomaron el poder debido al triunfo de la llamada Revolución de Octubre. He llegado hasta aquí sólo con un objetivo, intentar que Lenin esté dispuesto a hablar conmigo para poder entrevistarlo sobre todo lo ocurrido en los últimos tiempos. Al llegar a la habitación donde se encontraba Lenin toqué la puerta educadamente y unos segundos después Lenin dijo:

Lenin: ¡Adelante!
John Reed: Buenos días señor Lenin.
Lenin: ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Espero que seas de los nuestros…
John Reed:…Sí, sí, por supuesto que soy de los vuestros, yo estaba deseando que se les quitara del poder a los mencheviques y que ustedes los comunistas tomaran el poder. Yo soy periodista, me llamo John Reed y si está dispuesto, como ya se lo habrá imaginado, quisiera hacerle unas preguntas acerca de lo que has vivido últimamente.
Lenin: Bueno bien…llegaste en un buen momento ya que ahora tengo algunos minutos libres y es que hace muy poco que tomamos el Palacio de Invierno y como te habrás dado cuenta el ambiente está un poco alocado y como comprenderás este es un día muy importante para mí, ya que debo de empezar a poner en marcha lo que he escrito en mi obra, las tesis de abril.
John Reed: Y bueno… ¿exactamente que has escrito en esa obra para tener que llevarte ahora por ella?
Lenin: Pues realmente es un programa donde especifico lo que hay que hacer para que aquí, en Rusia, triunfe esta revolución socialista, ya que como sabrás en muchos países avanzados como Gran Bretaña se ha intentado y no ha triunfado. Realmente si te pones a pensar esto es un poco contradictorio porque una revolución socialista como esta, se pensaba que solo podía tener éxito en un país avanzado o eso decía Marx, pero mira donde fuimos a triunfar, en el país mas atrasado realmente del mundo, ya que en 1861 fue cuando se aceptó la liberación de los siervos a causa de que se rompió con la sociedad estamental.
John Reed: Pero…Rusia industrialmente también era de los peores ¿no?
Lenin: Por supuesto que era de los peores. La Segunda Revolución industrial en Rusia fue bastante tardía y realmente las ciudades como San Petersburgo y Moscú se pudieron industrializar a finales de siglo XIX, pero ¡ojo!, gracias al capital extranjero, porque si no no quisiera imaginármelo.
John Reed: Bueno… y anteriormente ¿cómo le ha ido todo?
Lenin: Pues no muy bien la verdad ya que he permanecido más tiempo fuera de Rusia que dentro, Jajaja. No, realmente fuera bromas, en el año 1897 el zar Nicolás II me deportó a Siberia y en mi opinión fue porque ya se olía lo que yo me traía entre manos, que era destronarlo del poder. Unos años después en 1900 exactamente comenzó mi exilio en Suiza donde realicé la obra “¿Que hacer?”. Pero en 1905 el zar no tuvo más remedio que legalizar el partido nuestro, el de los bolcheviques. Entonces yo pude regresar para tomar el poder del partido aunque después fui perseguido otra vez y tuve que huir de nuevo a Suiza.
John Reed: ¿Y que pasó en Rusia en ese año?
Lenin: En este año sucedió la llamada revolución de 1905 a causa de que Rusia se metió en guerra con Japón y salió derrotada. Obviamente debía de ser así ya que Rusia era un país muy atrasado y el zar Nicolás II era muy atrevido pero a pesar de eso y de la desorganización y el descontento de los soldados metió a Rusia en guerra. El descontento y la desorganización del ejército ruso se vieron reflejados en el denominado acorazado de Potemkin, barco ruso que fue enviado a la guerra contra Japón y durante la travesía la tripulación de éste organizó una revolución. A esto también se le suma el descontento del pueblo hacia el zar. Éste no tuvo otro remedio que ceder y convocar una Duma, es decir, un Parlamento, aunque luego prescindió de ella.
John Reed: ¿Cuándo fue que llegó usted otra vez a Rusia después de ser perseguido e ir por segunda vez a Suiza?
Lenin: Realmente después de la otra revolución de febrero de 1917 donde se acabó por destronar a Nicolás II, que hasta entonces gobernaba cono un rey absolutista, y tomó el poder Kerensky con un gobierno provisional que siguió con la impopular Gran Guerra, que había comenzado en 1914, donde Rusia estaba comprometida a proteger los pueblos eslavos en los Balcanes. Participó junto con la Entente que estaba formada por las grandes potencias de Gran Bretaña y Francia y luchaban contra los imperios centrales que eran básicamente Alemania, Austria-Hungría y el imperio otomano.
John Reed: ¿Cómo llegaste otra vez hasta Rusia?
Lenin: Pues gracias a el emperador Guillermo II de Alemania que me dejó pasar tranquilamente por todo el territorio alemán, ya que seguramente se habría supuesto lo que yo pretendía al llegar a Rusia que era realizar esta exitosa revolución que le beneficiaría bastante ya que él sabia que yo quería sacar a Rusia de esta Gran Guerra,
Porque realmente mi pensamiento es que esta es una guerra de burgueses y no una guerra ideológica como piensa mucha gente.
John Reed: Bueno y… ¿Del movimiento anarquista qué opinas?
Lenin: La verdad es que Rusia al ser un país atrasado los anarquistas predominan aquí y eso no es bueno para nosotros claro está, pero tampoco nos podemos unir con ellos ya que son distintos pensamientos, distintas políticas y seguramente eso a Marx y a Bakunin no les hubiera gustado ni un pelo, Jeje.
John Reed: La verdad es que no… ¿y usted cree que los anarquistas se van a quedar tan tranquilos viendo que vuestra revolución ha triunfado?
Lenin: Pues mira…obviamente van a intentar por todos los medios atacarnos e intentar quitarnos el poder junto con las clases altas y medias, es decir con la burguesía y la iglesia ortodoxa, que seguramente van a perder el poder y el prestigio y eso a ellos no les gusta para nada. Entonces a nosotros no nos queda otra alternativa que contraatacar con nuestro ejercito soviético, pero bueno no adelantemos capítulos, eso es muy probable que pase pero también hay una muy pequeña probabilidad de que no ocurra, pero muy pequeña, Jaja.
John Reed: Y en caso de que surja ese enfrentamiento, ¿lideraría usted vuestro propio ejército?
Lenin: Bueno, eso no lo he pensado, realmente esa decisión se tomaría en la caso de que hubiese ese enfrentamiento, pero así pensándolo ahora, pues pondría al mando de nuestro ejercito a Trostki ya que en mi opinión es el más capacitado para esto, más que yo e incluso más que Stalin.
John Reed: Y como simple curiosidad y para si algún lector le interesa un poco de información sobre este personaje… ¿Quién es ese Rasputín exactamente?
Lenin: Pues Rasputín era un monje que estaba al servicio de la zarina Alejandra Fiódorovna quien se intereso por él para ver si era verdad que sus grandes poderes podrían curar a su hijo Alexis que parecía de hemofilia. Cuando el zar Nicolás II se fue a la guerra dejó su poder a Rasputín ya que era tanta la confianza que tenía el zar hacia él, que todo lo que iba a realizar el zar pasaba primero bajo su consentimiento para ver su opinión. Entonces a causa de formar parte del entorno del zar probablemente su vida está en peligro junto con la familia del zar, pero bueno es algo que ya tomaremos medidas en su justo momento.
Bueno sintiéndolo mucho tengo que dejarte ya. Ha sido un placer poder contestar todas tus preguntas, pero ya no puedo perder más tiempo aquí, debo de ir a continuar implantando mi política sobre Rusia, formar una dictadura del proletariado e intentar sacar a ésta de la impopular guerra.
John Reed: Pues muchísimas gracias señor Lenin, es usted muy amable, le deseo lo mejor, pero una última cuestión muy importante y muy corta… Ahora que está en el poder, ¿Qué otros objetivos tiene a parte de sacar a Rusia de la guerra?
Lenin: Otros de mis objetivos son extender la revolución obrera socialista por el mundo e intentar de esta manera acabar definitivamente con el capitalismo.
John Reed: Pues vale, me parece muy bien, vuelvo a repetir que es usted muy amable, y con su permiso me retiro… ¡Hasta otra señor Lenin y muy buenos días!
Lenin: Igualmente joven ¡Hasta luego!




John Reed entrevista a Lenin.

Ayer en Rusia, después de varias revoluciones, los bolcheviques, por fin, toman el poder.

Hoy las calles estaban repletas de gente y la cantidad aumentaba cuando nos íbamos acercando a la entrada del palacio de Invierno, sede del Gobierno,  donde se encontraba Lenin, líder de los bolcheviques.

Después de varios intentos para conseguir a Lenin desocupado, por fin me recibió y aceptó la entrevista, así que empezamos con ella:

-J.Reed: Buenos días. Me llamo John Reed y soy un periodista norteamericano y quiero hacerle una entrevista sobre su vida. Esta entrevista será publicada en uno de los periódicos más conocidos mundialmente el “New city”.
-Lenin: Buenos días, encantado y siento por la demora pero como comprenderá hoy es un día muy ajetreado para mi. Cuando quiera señor Reed puede empezar con las preguntas.
-J. Reed: De acuerdo. Vamos allá. Debo decirle antes que nada que me encuentro un poco nervioso, ya que después de varios intentos al fin estoy frente a usted.
-Lenin: No se me preocupe, hasta yo estoy un poco nervioso, ya que es la primera entrevista después del triunfo.
-J. Reed: Coménteme sobre su vida señor Lenin, ¿cuándo y dónde nació?
-Lenin: Nací en Rusia el 22 de Abril de 1870.
-J.Reed: ¿Tiene estudios universitarios?
-Lenin: Sí, en 1887 estudié derecho en Kazan, pero ese año me condenaron por participar en una asamblea antizarista y me expulsaron de la universidad. Al expulsarme me empecé a dedicar al estudio de teorías revolucionarias sobre todo obras de Marx y Engels y dos años después pude examinarme en la universidad, donde estuve 3 años para después ejercer la abogacía.
-J. Reed: Por sus hechos se ve que desde muy joven destacaba por su actitud revolucionaria, usted también defendía el movimiento obrero, ¿no es así?
-Lenin: Por supuesto, en 1895 viajé al extranjero para estudiar el movimiento obrero de Occidente, pero a mi regreso fui detenido por la policía del zar Nicolás II y en 1897 me deportaron a Siberia.
-J. Reed: Y por la información que poseo, en 1900 comenzó su primer exilio, ¿cierto?
-Lenin: Sí. Así es, comencé mi primer exilio en Suiza, donde me convertí en el líder de los marxistas rusos.
-J. Reed: ¿Y en ese año también publica su obra más importante?
-Lenin: Sí, publiqué la obra: “¿Qué hacer?”
-J. Reed: ¿Y de qué trataba esa obra?
-Lenin: Yo reclamaba la necesidad de que los revolucionarios se organizaran en un partido.
-J. Reed: Pero tengo entendido que a raíz de esto surgió una polémica en 1903.
-Lenin: Cierto, porque habían distintas opiniones sobre cómo organizar el partido, de ahí fue la separación del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en bolcheviques y mencheviques.
-J. Reed: ¿Y cuáles son las características de estos dos bandos?, y a ¿Cuál pertenece usted?, ¿estos eran los únicos bandos existentes entonces?
-Lenin: Yo soy bolchevique. Los bolcheviques somos mas radicales y queríamos una revolución inmediata después de la de Febrero, dentro de este bando también se encuentra Stalin que hizo hasta la imposible en contra del zar; y los mencheviques no están de acuerdo con esto, ya que para ellos la revolución deber ser más lenta.
No, también había anarquistas, como ahora, este era un bando muy fuerte, dónde su máximo dirigente es Bakunin.
-J. Reed: Ahora Lenin, ¿nos podrías dar tu opinión sobre la Gran Guerra y hablarnos también sobre como viviste la Revolución de 1905?
-Lenin: Cuando la Revolución de 1905 se dio lugar a causa de la gran crisis existente en Rusia después de la derrota en la Guerra Ruso-Japonesa, yo me encontraba en Suiza. También se que en este momento el zar envión un barco a la guerra el Acorazado Potemkin. En esa revolución fue dónde el zar, que hasta entonces había gobernado de forma absolutista, tuvo que ceder y convocar una Duma, pero claro poco después desistió de esta idea. Yo tuve que volver a huir hacia Finlandia y Suiza.
Me opongo rotundamente a la Gran Guerra, eso no es más que un enfrentamiento por intereses burgueses y una de las primeras cosas que voy hacer es sacar cuanto antes a Rusia de ella, ya que está metida en La Entente, ese bando que fue heredero de la triple Entente formada por Francia, Gran Bretaña y Rusia.
-J. Reed: ¿Y me podrías comentar algo sobre la tardía industrialización de Rusia?
-Lenin: Después de la 2ª Revolución Industrial, se ve el claro atraso de Rusia, ya que el zar gobernaba de forma absoluta y que fuimos uno de los últimos países en liberar a los siervos, pero menos mal que gracias a capital extranjero  San Petersburgo y Moscú se industrializaron.
-J. Reed: ¿Y en la Revolución de Febrero te encontrabas aquí?
– Lenin: Tampoco, estaba en Suiza. Pude salir de Suiza y regresar de nuevo aquí gracias a la ayuda de Guillermo II y de Alemania, ya que sabían que mis planes eran, entre ellos, sacar a Rusia de la guerra y eso les resultaría muy conveniente.
–  J. Reed. ¿Por qué los bolcheviques no estuvisteis de acuerdo con Kerensky en esta Revolución?
–  Lenin: Porque este quiso seguir con la Guerra, algo que nosotros no podíamos consentir, y esto fue la principal razón por la que ayer por fin asaltamos el Palacio de Invierno.
– J. Reed: Lenin ¿podría decirme como se sintió ayer al ver que por fin después de tanta lucha, los bolcheviques triunfaban? ¿Y describirme como fue el día de ayer?
– Lenin: Sentí, obviamente, una alegría muy grande, pero no solo yo, sino también todos los bolcheviques y sobre todo también mi compañero Trostky, ya que juntos hemos luchado bastante.
El día de ayer fue un poco complicado pero muy dichoso, ayer asaltamos el Palacio de Invierno organizados en soviets. Todos nos encontrábamos nerviosos pero con fuerza y esperanza.
–  J. Reed: Y hoy un día después, ¿cuáles son sus objetivos?
–  Lenin: Los principales son: extender la revolución obrera socialista por todo el mundo para así eliminar el capitalismo y por supuesto, siguiendo mis tesis de Abril, que fue un programa que realice para explicar lo que había que hacer para sacar a Rusia de la guerra.
–  J. Reed: ¿Crees que toda Rusia estará contenta con tu llegada al Palacio de Invierno?
– Lenin: Claramente no, las clases altas y medias estarán en total desacuerdo, ya que tienen miedo de perder su estatus y sobretodo, la propiedad privada de los medios de producción. Y principalmente tampoco estarán de acuerdo, la Iglesia Ortodoxa y el sacerdote Rasputín, ya que estos también temen perder su gran influencia social.
– J. Reed: Y ahora me podría comentar usted señor Lenin, el porqué los Balcanes son tan importantes para Rusia.
–  Tampoco es que sea de gran importancia, solo que nosotros al vincularnos con La Entente teníamos la obligación de proteger a los pueblos eslavos, sobre todo de los frentes de Austria-Hungría y del Imperio Otomano.
–  J. Reed: Muchas gracias por su tiempo Lenin y también por la información que me ha brindado a mí y a todos los lectores. Sin más le deseo muchas felicidades de mi parte y espero que todo vaya como usted espera.
–  Lenin: Gracias a usted. Es la primera vez que me hacen una entrevista y me siento muy cómodo. Y no dude que seré el primero en leer su noticia señor Reed. Hasta luego y encantado.
–  J. Reed: El placer es mío. Adiós.
Aquí acabó la entrevista. Lenin se quedó en su majestuosa nueva mansión, mientras yo volví de nuevo al sencillo hotel a escribir mi noticia.




Entrevista John Reed a Lenin


John Reed.- Hola, buenas. Soy John Reed. ¿Me podría conceder unos minutos para realizarle una entrevista?
Lenin.- Por supuesto, siéntese…
J.R.- Gracias.
L.- ¿Qué quiere saber?
J.R.- En primer lugar, ¿cómo empezó todo?
L.- Bueno, digamos que todo empezó  tras la derrota en la Guerra  ruso-japonesa, donde la población de Rusia, sumida en una fuerte crisis, se reveló.  Esta fue la Revolución de 1905, la primera.
J.R.- ¿Qué consiguieron?
L.- Nicolás II se vio obligado a crear la Duma.
J.R.- Y señor Lenin… después de que le desterraran a Serbia, ¿no tuvo miedo a que le volviera a pasar algo similar?
L.- No, para nada. Volvería a hacerlo mil veces, si no, nunca hubiéramos llegado hasta aquí.
J.R.- No hay duda… Usted volvió entonces de aquel exilio y estuvo presente en la revolución, pero después volvió a abandonar el país, ¿Cuáles fueron sus motivos?
L.- Creo que aún no había llegado el momento… Yo estaba seguro de que tarde o temprano lo conseguiríamos, pero me faltaron apoyos.
J.R.- Apoyos que tampoco tuvo de los mencheviques.
L.- No, se ha visto que entre nosotros, los bolcheviques, y los mencheviques nunca hemos podido llegar a un acuerdo. Y finalmente en la Conferencia de Praga los expulsamos definitivamente de nuestro partido.
J.R.- Tuvo bastante tiempo para escribir ‘Las Tesis de Abril’, ¿se podría decir que es una mezcla de los pensamientos de Marx y Bakunin?
L.- Los de Marx van mucho más encaminados a lo que yo quiero, ya que yo estoy a favor del socialismo y mi objetivo a largo plazo es acabar con el capitalismo…
J.R.- De acuerdo, vamos un poco a lo ocurrido en estos últimos años. ¿Qué te pareció que Rusia, junto a la Entente, luchara en la Gran Guerra contra el bando de Guillermo II?
L.- Pues no me gustó nada, evidentemente. Trajo hambruna y desgracia para Rusia. En mi opinión permanecer neutrales habría sido muy beneficioso. Pero Nicolás II tenía unos pésimos conocimientos para gobernar y encima se dejaba llevar por los consejos de Rasputín. Ellos fueron los culpables de traer la devastación durante la guerra.
J.R.- ¿Y sintió alivio cuando la revolución de febrero de 1917 consiguió que el Zar abdicara?
L.- Si, pero no por mucho tiempo… Los sóviets y el ejército habían conseguido que Nicolás II abdicara, y entonces ahí se hizo el Gobierno Provisional liderado por Kerensky, que fue apoyado al principio por ellos y por Stalin. Yo siempre rechacé esa idea, ya que además de  salir de la guerra, lo justo para Rusia era una dictadura del proletariado, como la que estamos consiguiendo.
J.R.- ¿Tras esta Toma del Palacio de Invierno es eso en lo que estáis trabajando? ¿En hacer la primera dictadura del proletariado en todo el mundo?
L.- Si. Y también estamos en vías de negociación para firmar de una vez con Alemania, pronto el pueblo Ruso notará la mejora…
J.R.- Señor Lenin… ¿Teme a la Iglesia Ortodoxa?
L.- En absoluto. Sé que están bastante molestos, como las clases altas, pero no les tenemos miedo.  Y si ocurriera algo algún día, sin duda junto con mi amigo Trosky y el pueblo fiel de Rusia lograríamos solucionarlo.
J.R.- Totalmente de acuerdo. Y sintiéndolo mucho es hora de irme. Antes agradecerle su atención y mostrarle mis más sinceros apoyos…
L.- Ha sido un placer, ¡y le doy gracias a usted por querer llevar esta historia más allá de nuestras fronteras!



Entrevista de John Reed.


Estamos a 20 de noviembre de 1917, según el calendario juliano. Hace menos de un mes que triunfó la Revolución Rusa  en la que los bolcheviques liderados por Vladimir Lenin, tomaron el poder mediante una revolución armada. El protagonista de estos días nos ha concedido unos minutos de su apretada agenda.

John Reed.- Buenos días, señor Lenin. Supongo que se sentirá nervioso tras la Toma del Palacio de Invierno. ¿Cómo está viviendo esta situación?
Lenin.- Buenos días, señor Reed. Gracias por hacerme esta entrevista. La verdad es que, como usted dice, estamos viviendo una situación crítica y me siento nervioso ante las consecuencias.
J.R.- ¿Tiene miedo a sus opositores?
L.- La verdad es que los grupos opositores tales como mencheviques, los zaristas defensores de Nicolás II y los anarquistas seguidores de la doctrina de Bakunin, no creo que se queden sin hacer algo al respecto.
J.R.-  ¿Cree que son un peligro para usted?
L.- Posiblemente se producirán ciertos brotes de violencia y aunque el ambiente este caldeado, no creo que llegue a más. Pero no lo son tanto para mi, como podría afectar a todo este proceso revolucionario.
J.R.- ¿Cómo será el nuevo gobierno?
L- El nuevo gobierno se basará en general, en las ideas de Karl Marx que plasmó en su obra junto a Friedrich Engels que he corregido para adaptarlas a nuestro país y posteriormente he recogido en mis Tesis de Abril. Éstas se pueden resumir en el eslogan “Pan, Paz y Libertad”.
J.R. - ¿Tiene relación la revolución de 1905 con el momento que estamos viviendo?
L.-  La revolución de 1905 fue causa de la derrota de la Guerra ruso-japonesa, se provoco una fuerte crisis en la que la población se revelo dando lugar al Domingo Sangriento. El zar Nicolás II se ve obligado a crear la Duma. En definitiva a su respuesta sí, esta relacionada con este momento que vivimos. También es importante mencionar la influencia que ejercía Guillermo II sobre el zar, para el propio beneficio de Alemania y no para Rusia. Yo antes de se produjera este acontecimiento estuve desterrado en Siberia.
J.R.- ¿Qué opina sobre la Iglesia ortodoxa? Y ¿podría explicarme quien es Rasputín?
L.- Mi opinión sobre la religión se resume con de Marx “la religión es el opio del pueblo”. En definitiva da igual que confesión tenga no sirven para nada, solo para perder el tiempo y entretener al pueblo. La verdad que en estos momentos no tengo datos suficientes para explicarle quien es Rasputín, lo siento.
J.R- Perdone, ¿Cómo se ha llegado hasta el momento de hoy?
L.- Mire usted, está revolución es causa del gobierno provisional de Kerensky, que decidió seguir con Rusia en la Primera Guerra Mundial en el bando de la Entente. Mientras que se pensaba que con la revolución de 1917 de febrero se acabaría el malestar que se estaba viviendo, por eso fue impuesto este gobierno y se obligó a la abdicación del zar.  Por eso hemos tomado el poder ahora, en este mes de Octubre dirigida por mi y mis compañeros Trosky y Stalin, de gran importancia para el partido y para está revolución, organizados en soviets formados por campesinos, obreros y soldados es como se ha podido asaltar el Palacio de Invierno.
J.R.- Muchas gracias, señor Lenin por la amabilidad de concederme una entrevista en estos momentos de cambios.
L.- Ha sido todo un placer, señor Reed.




Entrevista a Lenin 2
     

Hoy 25 de Noviembre del año 1917, entrevistaremos a Vladimir Lenin para que nos cuente que se siente tras el triunfo de la Revolución Rusa y hablaremos de varios aspectos importantes.
J.R.- Hola, Buenas. Soy John Reed. ¿Me podría conceder unos minutos para realizarle una entrevista?
L.- Por supuesto, adelante.
J.R.- ¿Cómo le afectó la derrota de la Guerra ruso-japonesa?
L.- Como ya sabes, tras esa derrota se inició una fuerte crisis en Rusia en la que  la población se rebeló produciéndose el Domingo Sangriento, surgiendo asi la primera revolución en el año 1905, en la que el zar Nicolás II se ve obligado a crear la Duma. Yo apoyé esta revolución en el bando de los bolcheviques, y tras fracasar fui exiliado.
J.R.- ¿Qué opina del pensamiento de Marx?
L.- Yo estoy a favor del socialismo y mi objetivo a largo plazo es acabar con el capitalismo.
J.R.- ¿Me puede usted decir qué opina sobre la Iglesia ortodoxa?
L.- Estoy totalmente en contra de la religión, igual que los marxistas. Como decía Marx “la religión es el opio del pueblo”.
J.R.- ¿Qué te parece la unión de Rusia contra el bando de Guillermo II?
L.-Unos de mis objetivos hubiera sido que Rusia hubiese permanecido neutral frente a la Primera Guerra Mundial. Si no se hubiera unido a la Entente, no habría provocado una hambruna y la Revolución de febrero de 1917, aunque también si se hubiese unido a los Aliados también tendría esas consecuencias.
J.R.- ¿Cómo se organizaron los soviets?
L.- Los soviets fueron creados durante la Revolución de 1905. Fue una organización que agrupaba a los delegados de los obreros, los campesinos y los soldados.
J.R.- Lo veo muy tranquilo respondiendo a todo… No ¿se siente nervioso ante esta situación?
L.- Intento responder lo mejor que puedo, pero claro está que estamos viviendo una situación crítica y que tendrá consecuencias.
J.R.- Se refiere a sus opositores ¿no?
L.- Parte de las consecuencias serán debido a: los mencheviques, los zaristas y los anarquistas.
J.R.- Como dijo antes su gobierno se organizará en soviets pero ¿qué más habrá?
L.- Bueno nos basaremos en las ideas de Karl Marx pero un poco adaptadas y en mis Tesis de Abril.
J.R.- Solo por curiosear ¿Quién es exactamente Rasputín?
L.- Pues Rasputín era un monje que estaba al servicio del zar y que la mujer de Nicolás II creía que tenía poderes curativos, pero ya lo trataremos otro día con más detalle… Lo siento mucho pero vamos a tener que terminar aquí la entrevista  tengo que seguir con mis labores sobre Rusia, ha sido un verdadero placer.
J.R.- Muchísimas gracias señor Lenin pero para terminar me podría decir ¿cuál es su principal objetivo ahora mismo?
L.- Mi principal objetivo ahora es extender la Revolución obrera socialista por todo el mundo y acabar con el capitalismo
J.R.- Vale, muchas gracias ha sido muy amable. Con su permiso me marcho, hasta otra.
L.-  Hasta otro señor Reed.




" ENTREVISTA DE JOHN REED A LENIN "


REED:-Buenos días señor Lenin.
LENIN:-Buenas señor Reed.
REED:-En primer lugar quería agradecerle por haberme concedido el privilegio de esta entrevista.
REED:-En primer lugar quisiese formularle una pregunta que se estarán cuestionando muchas personas pertenecientes a los soviet o no pertenecientes a estos grupos.
REED:-¿En que se ha basado su plan para conseguir la Toma del Palacio de Invierno, es decir, la toma del poder por los soviets, y el fin del gobierno del zar?
LENIN:-Sabrá usted que debido a mi destierro en Siberia y mi exilio he tenido el suficiente tiempo para idear un plan infalible para conseguir nuestra victoria. Queremos acabar con esta Gran Guerra que tantas  consecuencias ha provocado para el pueblo ruso que no son culpables en absoluto de este conflicto el cual implica en ella a tantos países como son Gran Bretaña, Francia, Alemania, Austria-Hungría etc….  Que han lucha atraves de las distintas alianzas enfrentadas, los rusos hemos luchado atraves de la Triple Entente. Y gracias a nuestra fuerza la de los Bolcheviques  la de mejorar nuestras condiciones hemos conseguido que atraves de la Revolución de Febrero de 1917 hacernos con el poder. Para ello expuse “Las Tesis de Abril” que fueron la serie de puntos a seguir como segunda fase de la Revolución que consistía en la conquista del poder por parte del proletariado y el campesinado de los soviets.
Esta ha sido una Revolución que no la ha podido detener nada ni nadie ni siquiera Kerensky.
REED:-¿Qué piensa usted sobre estas Revoluciones de 1905, la Revolución de febrero de 1917 y la de Octubre de 1917?
LENIN:-Yo pienso que todas han tenido el mismo fin, es decir, conseguir la retirada de Rusia de este conflicto.
REED:-¿Piensa usted que esta revolución junto con las otras acabará finalmente con el Absolutismo lo que conllevara a la liberación de los siervos y al fin de la clase Burguesa?
LENIN:-Si yo creo que era a parte del destronamiento del zar y el fin del antiguo gobierno todo esto contribuirá a esta liberación de los siervos y estas personas serán a hora en esta etapa nueva de Rusia personas libres, con poder de decisión.
REED: -¿Cree usted que ha podido afectar en alguna aspecto la Segunda Revolución Industrial a Rusia en la Guerra?
LENIN: -Si, dado que Rusia se industrializó muy lentamente, este atraso provoco como consecuencias el fracaso de Rusia durante la guerra ya que Alemania era muy superior a ella  tanto en  armamento como en técnicas de guerra.
REDD: -¿Cómo es su relación con respecto al dirigente Stalin?
LENIN:-Ambos tenemos postura que se contraponen.
REED:- ¿En que se basara su república?
LENIN:-Acabar con la Duma, es decir, no deseo una república parlamentaria, deseo una de los soviets.
REED:-¿Cómo se originó el conflicto de la Guerra Ruso-Japonesa?
LENIN:-Esto surgió por las ambiciones imperialistas rivales de la Rusia imperial y el Japón de Manchuria y Corea.
REED:-¿Hubo  conflictos entre el zar Nicolás II y Guillermo II?
LENIN:- Si ambos monarcas se enfrentaron durante la primera guerra mundial debido a que se encontraban en bandos opuestos.
REED:-¿Qué diferencias encuentra usted con respecto a los Mencheviques?
LENIN:- Sostienen que no hay que exigir pertenecer a una de las organizaciones de base del partido como condición para ser reconocido como miembro de él; piensan que es preferible contar con una base partidaria amplia a diferencia del modelo de partido único de “vanguardia” del proletariado” mío.
REED:- ¿Cree que ha aumentado el movimiento liderado por Bakunin el Anarquismo con motivo de la revolución industrial
LENIN:- Si, se ha visto un gran crecimiento del anarquismo en Rusia así como muchos experimentos basados en ideas anarquistas.
REED:-¿Cuál fue la fecha exacta de su llegada a San Petersburgo?
LENIN:-La noche del 3 de abril de 1917
REED:-¿Usted conoce  la historia del Acorazado de Potenkim?
LENIN:- En 1905 aproximadamente que yo recuerde, los marineros del acorazado del Príncipe Potemkin se amotinaban cuando iban a ser ejecutados por negarse a vivir en condiciones infrahumanas y tomaron el mando del barco, mientras los habitantes de Odessa celebraban la llegada del acorazado, las topas del zar los extermino.
Desde alta mar, los cañones disparaban contra los soldados y marineros se preparaban  para una batalla.
REED:-¿Podría nombrar una de las causas más relevantes de la Guerra?
LENIN:- Los continuas conflictos por las Balcanes ya que es una zona importante a nivel político y económico.
REED:-He escuchado entre las personas de los soviets que habían creado una unión de obreros del sur ¿Qué sabe usted al respecto?
LENIN:-A sido fundada por Trotsky, un gran seguidor de Marx he tenido algunas diferencias con él, retorno para las Revoluciones de 1905 y 1917.
REED:-¿Quién fue aquel monje loco que nombren en los pueblos?
LENIN:-Ese señor por lo que se era un curandero que fue ganándose la confianza del zar Nicolás II que debido al momento crítico que estaba sufriendo Rusia el zar asumió el mando de ejército y Rasputín se hizo con el control del gobierno, lo que escandalizo a la opinión público.
REED:-¿Esto es una pregunta más cercana a usted es eso verdad de que fue usted bautizado en la Iglesia Ortodoxa Rusa?
LENIN:-Si, eso es correcto fui bautizado por el rito de La Iglesia Ortodoxa Rusa.
REED:-¿Cree usted en la posibilidad de que siendo hoy en día la capital de Rusia San Petersburgo, Moscú podría convertirse a corto plazo en la capital de Rusia?
LENIN:-Posiblemente en un período de tiempo no muy largo esta podría convertirse en la nueva capital de Rusia.




PUNTO Y APARTE



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PEDRINA Y RIO / ENAMORADA




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JARDÍN - Fluir




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Puerto Candelaria - Amor Fingido




ZAZ La fée (El hada)




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Pedrina y Rio - Pedacito de mi vida




Chicha Dust - El Milagro Verde




Rockin'1000 That's Live 2016 - Come Together - The Beatles




Iron Maiden - Children of the Damned




Engenheiros do Hawai - Infinita Highway




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domingo, 21 de enero de 2018

ANTONIO RENGIFO BALAREZO : José Carlos Mariátegui La Chira visto por Jorge Falcón Gárfias

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José Carlos Mariátegui La Chira visto por Jorge Falcón Gárfias


Por: Antonio RENGIFO BALAREZO

Lugar: Ántero Aspíllaga 300 San Isidro, Lima.

Año: 1979


Jorge Falcón, mariateguista


Antonio Rengifo: Señor Falcón, usted nos ha sorprendido con el alumbramiento de dos libros: Anatomía de los 7 Ensayos de Mariátegui y Amauta, polémica y acción de Mariátegui, en el lapso de tres meses. A pesar de que usted ha dicho que no han sido producidos “a impulso de ocasión circunstancial”, como advierte en el primer libro. Podría decirnos ¿desde cuándo data la concepción de sus obras y cómo fue el proceso?

Jorge Falcón: Bien, con mucho gusto. En primer lugar, es exacto que no han sido escritos por una razón circunstancial; porque estos dos libros son parte, en realidad, de una obra muy amplia que comencé a trabajar en el año 72, y que tiene como contexto, lo que podríamos decir, el estudio de las ideas en el Perú de 1885 a 1930. Abarca desde la aparición de González Prada y del Círculo literario, de la formación de Movimiento obrero, de la aparición de la idea socialista hasta alcanzar la etapa propiamente dicha de Mariátegui. Todo esto juega en torno a la figura de José Carlos, porque precisamente él viene a ser la culminación del estudio. Estando en esto, surgió la circunstancia de una conversación con Sandro Mariátegui y, hablando justamente del Cincuentenario de los 7 Ensayos, le dije que tenía entre las cosas escritas una parte que se llamaba Anatomía de los 7 Ensayos; entonces él de inmediato me dijo: “bueno, eso lo editamos”. De allí es que se desglosa, de todo ese trabajo, el primer libro; así como el siguiente, Amauta polémica y acción; e inclusive, el tercero que está en prensa: Mariátegui, arquitecto sindical.

Mariátegui intenta conformar un equipo de investigación

A. R. En Anatomía de los 7 Ensayos de Mariátegui usted nos informa que Mariátegui quiso acometer la interpretación de la realidad peruana en equipo; pero, se quedó solo y solo realizó una obra extraordinaria. Sin embargo, le preguntaría: ¿por qué hasta ahora no se puede realizar un esfuerzo colectivo para investigar nuestra realidad?

J. F. Se podría responder que por el mismo carácter subsistente del trabajo individualista de los intelectuales. Al respecto, le podría contar como anécdota –que no está en el libro, porque no viene al caso- que más o menos por el año 34 ó 37 se conformó un equipo para hacer un estudio de los 7 Ensayos; se llegó a hacer una reunión distribuyéndose el trabajo entre los presentes para que, posteriormente, presentaran proyectos sobre cada uno de los ensayos; si hubo una segunda o tercera reunión habría sido mucho; por ahí aún se encuentra entre mis papeles el proyecto que iba a presentar sobre El proceso de la literatura, pues ése fue el encargo que me correspondió. Después hubo otros intentos como el que ocurrió el año 43 o 44 de formar el Instituto José Carlos Mariátegui como una entidad específicamente de estudios de la obra de Mariátegui; naturalmente, esta idea también cayó en el vacío. Y cuando se formó el Instituto José Carlos Mariátegui no se tuvo, desde el principio, el propósito ni la orientación de hacer un estudio de la obra, presencia, significación, etc. de Mariátegui en nuestra historia. Y así sucesivamente…

Entonces, encontramos que es muy difícil, no quiero decir imposible que los intelectuales se reúnan – no sé si los jóvenes lo puedan hacer- para trabajar en equipo. También le podría decir que cuando quise hacer una revista que se llamaba Estudios Peruanos, yo mismo la diagramé y hasta me propuse pagar las colaboraciones. De todos los invitados, el primero que me contestó fue el más conservador, Alberto Ulloa Sotomayor, quien me dijo que colaboraría con tal tema y que me entregaría originales para tal fecha y que de la remuneración no me preocupara, porque él ya sabía, en verdad, que es lo que yo estaba haciendo. En cambio, el resto de amigos, allegados, etc., pues, sencillamente, rehuyeron su colaboración.

A José Carlos también le había sucedido lo mismo. El piensa crear seminarios de estudios e incluso da los nombres de quiénes son sus candidatos, además, él no queda en la idea; sino que avanza hasta presentar algunos inicios del trabajo que personalmente realizó. Sin embargo, tiene que acometer solo la tarea frente a la ausencia de cooperación.

Pero, la cosa no queda ahí, pues, toda esa tendencia se expresa hasta en la propia universidad. En la universidad faltan realmente seminarios para determinados asuntos, para el esclarecimiento de una serie de problemas.

De lo expuesto a usted, yo pienso que es un fenómeno de falta de coordinación ideológica, de desarrollo de la organización política que logre concentrar a los trabajadores intelectuales para que éstos presten su cooperación con un plan de trabajo de largo aliento.

Después de la muerte de Mariátegui y aparte de lo que le he referido, también hubo un “Instituto de Estudios Peruanos” que animaba Jorge Núñez Valdivia; pero, igualmente, la producción fue cero. Y si hay ahora, desde algunos años, un nuevo Instituto de Estudios Peruanos es debido a una base económica; pero, por lo general, tampoco sus trabajos son de conjunto, de equipo. De lo que en realidad se trata es de la adquisición de una serie de autores que hacen sus propios libros y este Instituto hace las veces, en buena cuenta, de un editor; aparte de lo que pueden tener ellos de conversación, intercambio de ideas, etc. Pero, en el fondo, se trata de una labor editorial bien asentada económicamente.

A. R. Eso en cuanto a la forma de encarar el conocimiento de la realidad peruana, los problemas nacionales; pero, continuando específicamente sobre Mariátegui, recuerdo que en el año 1960 para conmemorar los 30 años del fallecimiento de Mariátegui, remitió una encuesta a una serie de intelectuales y en la revista Hora del hombre, dirigida por usted, se editó un número conmemorativo. Ahí dice que la respuesta a esa encuesta y a ese esfuerzo que hacía para conmemorar a Mariátegui no fue tanto como el esperado y que, incluso, usted tuvo que hablar a nombre propio en vista de las muchas ausencias que hubo.

J. F. Buena memoria. Así fue, efectivamente; pero ése no era el primer intento, sino el segundo: porque el año 45 promoví un homenaje internacional a Mariátegui y a Vallejo que salió en el número nueve de Hora del hombre y ahí si no me equivoco, publiqué la relación de los invitados, lógicamente las ausencias fueron muy notables. De modo que es una experiencia amarga que se acopla, digamos así, a la experiencia de José Carlos.

Es difícil hacer algo en el país –o era, si las cosas han cambiado en algo actualmente- con amplitud, sin autocensurarse. Y es por eso que al número que usted se refiere precisamente de Hora del Hombre-Problemas americanos –el número tres- fue el último de la aventura; porque, infelizmente, más eran o fueron las fuerzas resistentes y hasta en sentido activo, negativas, que las fuerzas concurrentes a este esfuerzo.

Además, podríamos decir que como accidental coincidencia, cuando yo programé y comencé a divulgar la creación de Hora del hombre-Problemas americanos (digo “creación” en lugar de “reaparición” o “segunda etapa” porque ya la revista tenía otra visión), apareció, como una respuesta del ambiente, otra revista con el mismo formato, con las mismas características de la que yo estaba diseñando; me habían declarado una competencia fatal.

El APRA intenta minimizar la figura de Mariátegui

A. R. Desde hace más o menos dos años se ha desatado una campaña aprista por tratar de minimizar la figura de Mariátegui. En dicha campaña destaca como principal animador Luis Alberto Sánchez. Sánchez tiene prestigio intelectual de antigua data y, además, es un contemporáneo de Mariátegui; por ello, considero que usted es la persona indicada para contrarrestar la campaña aprista que trata de desnaturalizar el pensamiento de Mariátegui, más que cualquier joven marxista; sobre todo, por el gran conocimiento de la época de Mariátegui y por haberlo conocido personalmente. Usted mismo en su primer libro que publicó en diciembre del 78 –Anatomía de los 7 ensayos de Mariátegui- dice: “hace 60 años de algún día de 1918, yendo del colegio a casa y pasando por la redacción de El Tiempo, mi hermano César Falcón me presentó a José Carlos Mariátegui”; y a quién, posteriormente, vio varias veces. Además, su hermano César era amigo íntimo de José Carlos; tal era así que a ambos le decían “la yunta brava” porque estaban siempre juntos en múltiples andanzas. Entonces, quisiera que usted nos relate su conocimiento directo de José Carlos.

J. F. Bueno, en cuanto a Sánchez, yo he salido al frente solamente para esclarecer algunas cosas. Podría haberle puesto lo que él escribió en abril del 29 y que se publicó en Mundial; ahí llega a finalizar su artículo diciendo que seguirá la senda de José Carlos. Ahora si Sánchez campea como lo hace es porque la gente lo considera “intocable”; entonces, juega, no solo con el pensamiento de Mariátegui, sino con la historia y con la anécdota, como por ejemplo –a propósito de anécdota y para seguir hablando de éste señor- uno de los últimos artículos que ha publicado en el diario Expreso se titula Funeral y comienza diciendo que tiene grabado en su mente el funeral de José Martí, que ocurrió, cinco años antes de que él naciera; que recuerda el funeral de un señor portorriqueño –que en este momento no recuerdo su nombre-; bueno, recuerda el funeral de Irigoyen en Argentina, que él sólo lo vio; recuerda el funeral de Piérola cuando él tenía 13 años, que lo vio; recuerda el funeral de Seoane, para hablar del funeral de Haya de la Torre que ha sido “el gran funeral del mundo”; pero en su memoria no está grabado, no recuerda el funeral de Mariátegui; inclusive, ya entrando en la anécdota, no recuerda el funeral de Yerovi. Y ni siquiera en una de las tantas revistas de izquierda le hacen esta pequeña reflexión; porque sencillamente campea –como dije antes- la imagen de las gentes consideradas “intocables”; lo que en buena cuenta pasa con Basadre y con una serie de gentes.
Entonces, tiene una suficiencia absoluta en su prestigio y están confiados en que nadie les refute. Eso ha pasado, como usted ha visto, con la carta que he anexado al volumen de Anatomía de los 7 Ensayos; la carta la puesto ahí porque la revista Caretas no la quiso publicar. Se trataba de una simple aclaración; tampoco la publicó la revista Oiga. Estas dos revistas se dicen defensoras de la libertad de expresión; sin embargo, no la acogieron porque se trataba de Basadre. Por la misma razón la Asociación Nacional de Escritores tampoco ha presentado mi libro.

La relación Mariátegui / Jorge Falcón

En cuanto a mi conocimiento directo de Mariátegui, como trato humano, le diré que traté bastante a José Carlos. Las razones, las circunstancias, usted las ha dicho. Pero no solo inicialmente, sino, debo decirle que en todo el proceso de mi relación con Mariátegui está en razón a la amistad de José Carlos con mi hermano César. De niño yo iba al diario El Tiempo y después a La Razón. Mi colegio estaba a media cuadra del local de La Razón, entonces a las cuatro de la tarde cuando salía del colegio y en el trayecto a mi casa entraba a La Razón y así conocí a todo el equipo de redactores. A algunos, después, los traté frecuentemente, como a Humberto del Águila, por ejemplo. El “Charapa” del Águila vivió en mi casa; porque cuando César viajó a Europa, le pidió a mi madre que le dejara su cama y su sitio en la mesa a Humberto del Águila; entonces del Águila vivió un años más en mi casa. Con Antenor Fernández Soler he sido muy amigo; así mismo, con Moisés Vargas Marzal, etc., y otras gentes que incluso no figuran como Fernández Paredes quien era un asiduo concurrente a La Razón, al igual que Luis Ernesto Denegri. Esa, efectivamente, es una relación de infancia, una relación familiar, que se mantiene cuando Mariátegui está en Europa porque mi madre se ve con la madre de José Carlos; algunas veces acompañé a mi madre a la casa de José Carlos. Luego cuando el regresa el año 23 hasta su muerte el año 30 continuamos manteniendo esa vinculación. Conforme avanzan los años, yo me hago de la tarea de llevarle a José Carlos los encargos que César le hace a mi madre y, posteriormente, los encargos me los hace a mí directamente para trasmitírselos a Mariátegui.

A fines de 1924, cuando me iniciara como periodista en el diario La Prensa y me tocaba informar de los aconteceres policiales de los balnearios del Sur, yo concurría todas las tardes a casa de José Carlos cita en Leuro, Miraflores, a mostrarle familiarmente las notas que había hecho como para que él me las corrigiera. Ya después cuando se instala en julio de 1925 en la casa de la calle Washington lo visito a cualquier hora del día, en algunos casos, para trasmitirle los encargos de mi hermano César y, en otros casos, de voluntad propia, asistiendo a la hora de la tertulia cuando ya recibía a todos sus amigos; también por ese lado conocí a las personas allegadas a Mariátegui.

Mariátegui y la gestación de El problema del indio

A. R. En su primer libro, Anatomía de los 7 Ensayos, usted dice que Nuestros indios de González Prada fue escrito en 1904 y se mantuvo inédito hasta 1924. Esto último me sorprende, pues yo no estaba informado y estoy por creer que son pocos los que saben eso.

J. F. Exacto.

A. R. A propósito le diré que se es proclive a afirmar que si no se cuenta con el antecedente de González Prada con su ensayo Nuestros indios, Mariátegui no hubiera concebido, tal como lo hizo, El problema del indio, uno de los siete ensayos. Pero al indagar cómo se fue gestando en Mariátegui ese ensayo, usted encuentra que Mariátegui se agenció de una de las fuentes de información más importantes. Se trata de la transmisión oral, o sea la conversación amistosa e informal con hombres sencillo, como usted dice; uno de ellos fue Ezequiel Urviola al que yo le hiciera un Esbozo biográfico publicado en el año 1968. Esos hombres que vivenciaban el problema o lo conocían directamente constituían un venero de datos. El mismo Mariátegui declara en un artículo a propósito de Zulen que éste y Urviola se conocieron en su casa. Entonces, usted establece una correlación estrecha entre la relación entre esos dos grandes conocedores del llamado problema del indio y la publicación de El problema primario del Perú aparecido en la revista Mundial el nueve de diciembre de 1924. De este artículo de Mariátegui usted dice que en correcto análisis bien puede estimarse como la primera palabra de los futuros 7 Ensayos. Como es de suma importancia lo que usted está tratando para entender la evolución del pensamiento de Mariátegui, quisiera que nos diga algo más sobre El problema el indio.

J. F. Bien, esa situación llamado en primer lugar “Problema” y en segundo lugar apodado “indígena” –o sea, un sector de la realidad nacional discriminado y tratado hispanamente hablando de “indio”- es tratado muy viejamente en este país; porque ya por el año 1837 aparece un periódico El indígena en Ayacucho; después , por el 60 se forma la primera “Sociedad Amigos del Indio”, luego, tenemos que antes del ensayo de González Prada el parlamentario puneño Santiago Giraldo publica el libro Los indígenas en los albores del siglo XX y edita en Lima el periódico El Indio. En 1911 se funda la Asociación Pro-indígena de Joaquín Capelo, Pedro Zulen, Dora Mayer y otros.

En cuanto a Mariátegui, específicamente, le diré que su estudio no está en la rebusca bibliográfica, sino en la aplicación de su ideología a la conversación con las gentes que viven esa realidad de explotación, discriminación, etc. Y son, pues, las gentes literaria e intelectualmente anónimas, pero que tienen mucho valor en cuanto describen la situación que están viviendo, lo que están sufriendo; este es un aporte de Mariátegui; desde luego, utiliza muy bien la información, la desmenuza y contribuye mucho a elaborar su planteamiento. Entonces tenemos que, como está visto, el problema del indio –seguiremos empleando la palabra “indio”- en Mariátegui está muy estrechamente ligado al problema de la tierra, por ello es el más breve de los 7 Ensayos, y luego tiene su trato en una serie de otros trabajos de él mismo, apreciaciones de pasada pero que llega a definir –y esto es lo importante del tratamiento de Mariátegui sobre el asunto- desde qué posición está analizando esa realidad; cuando define el problema, lo define desde la levadura socialista, y luego cuando a Sánchez le responde y le dice que el caso del indio es el caso del explotado (lo digo no en la frase de él, sino en la síntesis de ella) ahí Mariátegui está haciendo un aporte.

Como usted recordará entre la sandeces –porque no se puede llamar de otro modo, disculpando la palabra- escritas por Juan José Vega, éste dijo que Mariátegui no podía haber escrito ningún estudio sobre el indio, porque no conoció el Perú, porque no viajó por el Perú y prefirió viajar a Europa; entonces, según sus apreciaciones, como no fue un vendedor ambulante por el territorio peruano, estaba desautorizado para escribir sobre esa realidad. Vega no supo explicarse cómo surgió el aporte de Mariátegui.

Mariátegui tuvo a los mejores informadores ambulantes y no los tuvo para verlos en un escaparate ni en una fiesta pueblerina; sino para conversar con ellos sobre sus problemas, sobre su realidad. Por tanto, creo que de todas las gentes –aquí incluyo a muchos de los residentes y oriundos del lugar-, Mariátegui tenía la mejor información; porque no era una reunión con indios a base del alcohol, la música, la fiesta religiosa, ya que él no los buscaba en vista de su inmovilidad física, sino eran ellos los que acudían donde él porque tenían algo que comunicar y, a la vez, encontrar un consejo, un esclarecimiento; de modo que así obtuvo la mejor información.

A. R. Otro hecho importante en relación al problema del indio es la asistencia de Mariátegui al IV Congreso Indigenista en Lima. Mariátegui revela que Pedro Zulen y él eran los únicos asistentes no indios a ese congreso, sin embargo, los intelectuales limeños y universitarios que algunas veces hablaban del problema del indio, estaban ausentes.

J. F. La universidad estaba ausente, específicamente diremos los universitarios, los profesores de la universidad popular, los que subjetivamente debería ser los más interesados por conocer la realidad. Aunque algunas actuaciones de esos Congresos se desarrollaron en el local de la federación de estudiantes, los que no estaban presentes eran los estudiantes. Esta es una apuntación que resulta históricamente muy interesante. Mariátegui nunca tuvo la intención de molestar a los demás; pero el tiempo convierte ese apunte en un dato, cuya significación si particulariza la inquietud, los propósitos de Mariátegui dentro de la heterogeneidad de la “nueva generación”, la “vanguardia”, los “hombres nuevos”, etc. A estos no se les puede relacionar con lo que Mariátegui dice respecto al transporte terrestre, a la importancia de los choferes para el desarrollo sindical; porque ellos manejando un camión recorren el Perú, porque en esos años ya se está recorriendo el Perú por carretera. Esta fue la gran revolución de Leguía: abrir carreteras para que transiten los vehículos automotrices.

Mariátegui vio lo que era conveniente y lo útil que era conquistar al gremio de choferes, para que sirviera de medio vivo de comunicación con los campesinos, los cuales son en su mayoría indios. Así se facilitaría a los indios el conocimiento del sindicalismo y un conocimiento político. Tan acertada es la apreciación de Mariátegui que él no se detiene en decir –como alguien dogmáticamente podría decir, entonces y ahora- “bueno, si no se hace sindicato, entonces no se hace nada”; si no todo lo contrario, si no se puede hacer sindicato, entonces hagamos una sociedad o una asociación, el nombre, el rótulo es lo de menos, inclusive club deportivo; el fondo está en nuclear, en constituir una organización donde no hay nada ¡Ese es el fenómeno Mariátegui!

Mariátegui, Haya de la Torre y el Partido Aprista del año 1931. Las diferencias

A. R. Siguiendo con El problema del indio y El problema de la tierra quisiera que, además de los contenidos en su libro, nos diga cuáles eran las diferencias de Mariátegui con Haya de la Torre y, posteriormente, con el programa del Partido aprista del año 1931.

J. F. Bueno, en primer lugar, entre el programa del 31 y lo que Haya escribió sobre el Indio y la Tierra hay una distancia como de la tierra al cielo. En las obras completas de Haya está reproducida toda la recopilación que se publicó bajo el nombre de Por la emancipación de América latina, en donde usted puede encontrar la carta a Del Barco, a Gabriel Del Mazo, etc. Ahí es donde Haya toca el Problema del Indio y el Problema de la Tierra. En este catamiento, Haya llega a hablar cuáles son las experiencias que se tienen al frente: la de México y la de la Unión soviética; entonces dice en síntesis que la de México no sirve porque la de México ha fomentado el individualismo, la pequeña propiedad, etc.; entonces, se deduce que sea la colectiva la que en buena cuenta sirva, aunque ahí no afirme expresamente que sea la experiencia de la unión soviética la que él asuma, es esa la que más se le aproxima. E inclusive coincide con Mariátegui. Digo que coincide con Mariátegui y no Mariátegui con Haya, porque ya Mariátegui –cuando Haya está escribiendo esas cosas, ya Mariátegui ha comenzado a publicar el Problema de la Tierra en artículos. Es muy interesante para todo, no solo para una relación de Haya a Mariátegui, seguir a Mariátegui o leerlo cronológicamente, son apenas seis o siete años; pero que son tan intensos y de una producción al día que se necesita o es conveniente mirar cuándo está escrita tal cosa, o cuándo está escrito tal otra. Haya llega incluso a decir que hay que hacer la revolución agraria y habla, por supuesto, de la comunidad como una célula de la socialización hasta llegar a borrar el concepto de propiedad, ya se pasa al anarquismo. Hasta ahí llega en todo eso, pero una vez que escribe ¿Qué es el APRA? Desaparece de su literatura todo eso; y repito no tiene nada que hacer: no con La APRA (alianza o frente), sino con el Partido Aprista Peruano de 1931. En el programa del 31 casi nada se refiere a Reforma agraria, el programa del 31 –tan sonajeado- en buena cuenta se trata de una serie de medidas y disposiciones gubernamentales para crear burocracia.

El soporte moral de Mariátegui: La mística revolucionaria

A. R. Actualmente, resulta muy necesario que los partidos políticos –más aún los revolucionarios- relieven el aspecto moral en la formación de sus militantes; para ello, nada mejor, que la vida ejemplar de Mariátegui. En ese sentido, resulta pasmoso saber que Mariátegui haya hecho tanto en tan poco tiempo y en condiciones adversas. Cabe preguntarse: ¿De dónde sacaba fuerzas? ¿Cómo mantiene su fe y en qué se apoya?

La respuesta, en el plano social, la encontramos en su relación con la clase portadora de un nuevo orden social –la clase obrera- y en su participación en la lucha de clases; ahí está su fuente de sustentación. El mismo José Carlos lo revela en la carta que enviara a los redactores de la revista Claridad –órgano de la Federación Obrera Local- cuando aún se encontraba restableciéndose en Chosica de la amputación de la pierna. Como esta carta es bella y reconfortante, además, porque ha sido poco difundida, me permito extraer unos párrafos de la misma: “… Quiero defenderme de toda influencia triste, de toda sugestión melancólica. Y siento más que nunca la necesidad de nuestra fe común. (…) Nuestra causa es la gran causa humana. A despecho de los espíritus escépticos y negativos, aliados inconscientes e impotentes de los intereses y privilegios burgueses, un nuevo orden social está en formación. (…) Obedezcamos a la voz de nuestro tiempo. Y preparémonos a ocupar nuestro puesto en la historia”. Bueno, Don Jorge, que nos puede decir respecto a las preguntas que le hemos formulado líneas arriba.

J. F. José Carlos no quiere estar ausente, no quiere sentirse ausente en la dirección de Claridad y, a la vez, tampoco quiere caer en el pesimismo. Esto es muy comprensible para un hombre que tres meses antes de que le corten la pierna está diciendo que es un poco nómade, que le gusta mucho viajar y que su amor, es el amor a la aventura. Y que de pronto lo claven en un sillón sin poder ver el sol de la calle, como él mismo decía. Además, con una madre católica que le está diciendo: hijito tienes que tener fe en Dios y resignación. En tal situación, hay que tener un tremendo coraje, una adquisición renovada de una fe poderosa en algo para cumplir la obra que realizó. De no ser así, se hubiera desmoronado; o si no, trataría de obtener comodidad y lograr que le pongan una prótesis. Pero, es la fe en la Revolución socialista –y aquí está inclusive el fenómeno del mito- lo que fortalece a este hombre. Porque si hubiera sido como algunas personas quisieran que hubiera sido; es decir, un materialista vulgar y ateísta a ultranza; pues, sencillamente, no hubiera podido realizar tan importantes tareas en tan corto tiempo.

Si no hubiera tenido esa fe, tal vez se habría precipitado a la inmediatez de hacer cualquier acto aventurado con tal de decir, yo lo veo ahora. Felizmente, toda la tesitura, toda la levadura, todo el aliento de la obra de Mariátegui es de un carácter específico, trasciende el momento y sus resultados se proyectan al futuro; a pesar de ello, está convencido, seguro, de que esto va para más tarde. Él lo está haciendo porque eso ¡tiene que llegar...!





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Bernie Sanders: "la CIA y Salvador Allende"




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