domingo, 23 de octubre de 2016

GAJO PETROVIC .Marxismo contra Stalinismo

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MARXISMO CONTRA STALINISMO (*)




Por :GAJO PETROVIC






¿Qué le sucede hoy a la filosofía marxista (1) yugoslava?

En primer lugar , surgen frecuentemente discusiones que tiempo atrás fueron insólitas : el  «joven» y el «viejo» Marx, praxis,sujeto-objeto y reflexión y los problemas humanistas del marxismo (2).Se plantean problemas que hasta hace poco se silenciaban y surgen contraposiciones que de inmediato se nos antojan inimaginables. No solamente se contrapone Karl Marx a Engels y Lenin, sino que su propia autoridad ya no parece tan sacrosanta.

¿Está volviendo nuestra filosofía la espalda al marxismo, cediendo a las seductoras, aunque precarias corrientes del pensamiento burgués?¿O acaso nuestra filosofía, hoy más que nunca , es auténtico marxismo y auténtica filosofía?

I. El auténtico marxismo.

Algunas personas se inclinan a llorar por la edad de oro de nuestro marxismo de postguerra, en la que los filósofos solían «mantenerse firmes» en la postura marxista. Si se enjuagan las lágrimas echarán de ver cómo el niño , cuya firme postura tanto añoran , ha comenzado  ya a caminar. ¿Acaso nuestra filosofía no erraba a la suerte del destino desde sus primeros pasos?

 Para satisfacción de todas las personas maliciosas y pesimistas hemos de «confesar» francamente que , durante los años de postguerra, los filósofos marxistas yugoslavos marchaban , en cierto modo ,«hacia atrás» en el camino que iba de una versión stalinista de la filosofía marxista, que predominó en los primeros años de postguerra, a la forma original de esta filosofía, contenida en las obras de Marx, Engels y Lenin. En realidad, este sentido «retrógrado», un camino que iba de la caricatura al original, fue una marcha hacia adelante, de un pensamiento muerto a uno vivo. La crítica de la concepción stalinista de la filosofía no significaba el abandono, sino el renacimiento y regeneración del marxismo en la filosofía.  

No quiero decir que este renacimiento del espíritu creador del marxismo se desarrolle o se haya desarrollado únicamente en Yugoslavia, y sólo en el ámbito de la filosofía. En formas diferentes y a distintos ritmos, el marxismo creador se ha desarrollado también en otros ámbitos y en otros países. La totalidad de la teoría y de la práctica yugoslava del marxismo revolucionario entró en conflicto con el stalinismo internacional , pero durante el mismo período , en muchos otros países se mantenía también la crítica al stalinismo en la filosofía y en otros campos.

El propósito de este artículo no es ofrecer un análisis y explicación exhaustivos de estos complejos procesos, dentro y fuera de la filosofía yugoslava, sino más bien exponer a grandes rasgos la esencia de los procesos que todavía se están desarrollando en nuestra filosofía y destacar algunas de sus conquistas y realizaciones más importantes.

No creo que Stalin , ni el stalinismo sean fenómenos históricos exclusivamente «negativos».Sin embargo , cualquiera que sea el juicio final de la historia acerca de todos los «méritos» y errores de la política de Stalin , una cosa si podemos dar por cierta: la concepción stalinista de la filosofía marxista difiere esencialmente de la concepción de Marx, Engels y Lenin. Stalin simplificó, tergiversó y esclerotizó las concepciones filosóficas contenidas en las obras de Engels y Lenin, y omitió casi por completo, y omitió casi por completo la herencia filosófica de Marx. El retorno al pensamiento de Marx, Engels y Lenin , a partir de Stalin, no fue el retorno de un sistema completo de dogmas filosóficos a otro, sino un redescubrimiento de muchas concepciones importantes que fueron falseadas , tergiversadas u omitidas por Stalin, y , a su vez, un replanteamiento de multitud de problemas sofocados por el stalinismo.Por este importante motivo podemos hablar de algo más que de un simple retorno. Para revitalizar al verdadero Marx, no podíamos conformarnos con sus soluciones: teníamos que encontrar la respuesta a los problemas que el dejó planteados.

El stalinismo, en tanto que sistema completo de dogmas establecidos, necesitaba que sus partidarios se «mantuvieran firmes» en la misma posición ; el marxismo, como teoría que plantea problemas no resueltos, sólo puede sostenerse mediante un esfuerzo y un progreso creadores.

Sin intentar un análisis completo, puntualizaremos algunos aspectos del retorno al pensamiento de Marx, Engels y Lenin que jalonan el camino del renacimiento de un auténtico marxismo en la filosofía y que han conducido al descubrimiento de problemas pendientes todavía que nosotros mismos hemos de resolver.

II.La herencia filosófica de Marx.

Entre otras cosas, el stalinismo era una extraña síntesis entre un extremado dogmatismo y una exagerada actitud  nihilista respecto a la herencia filosófica de Marx.

Según la doctrina stalinista, Marx,Engels,Lenin y Stalin son los «clásicos del marxismo», los descubridores y poseedores colectivos de la verdad absoluta. Ellos llevaron a cabo una revolución en la filosofía, establecieron definitivamente todos los problemas básicos y crearon un sistema filosófico completo en el que no existen lagunas. Son cuatro, no cabe la menor duda, pero su doctrina es una, absolutamente coherente e indivisible. Es inconcebible que uno de ellos pueda contradecir a cualquiera de los demás o a sí mismo. En sus obras no existen «errores», por consiguiente, no hay lugar a las enmiendas.

Una cita de los clásicos es el argumento más convincente para probar una tesis (o para refutarla).La filosofía marxista puede y debe desarrollarse , pero su desarrollo no puede ni debe conducir a la negación de ninguna de sus tesis esenciales, por el contrario , sólo deberá confirmarlas, especificarlas y profundizarlas. ¿Cómo será posible tal desarrollo a través de la sola afirmación , sin establecer ninguna negación ? No resulta todavía prudente formular  esta pregunta.

La segunda actitud a-histórica, dogmático-apologética frente a los «clásicos del marxismo» significa un nihilismo no menos antihistórico.De hecho, el stalinismo sólo reconoce en la concepción filosófica marxista aquello que no contradice su propia caricatura de estas concepciones. Existen ópticas a través de las cuales se debe considerar la herencia filosófica de Marx, ópticas a través de las cuales sólo se verá lo que debe verse.  

El stalinismo proclamó las llamadas obras de juventud del Marx inmaduro – todavía hegelianas y aún no-maxistas- ; Lenin escribió los Cuadernos Filosóficos para su uso personal y privado.Mientras inhabilitaba al «joven» Marx y al «viejo» Lenin , y se declaraba a sí mismo partidario del Marx y Engels «maduros» y del Lenin «público»,el stalinismo no dudaba en tomarles prestadas aquellas citas que eventualmente le eran convenientes.Los stalinistas, en sus obras «marxistas» y «auténticas», rechazaban tácitamente todo aquello que no servía a su propia causa.

Las obras filosóficas marxistas cuyos autores no eran Marx,Engels o Lenin, fueron consideradas, en el mejor de los casos por el stalinismo, como popularizaciones afortunadas.Sin embargo, aquellos pensadores que se desviaban en los más minimo de los dogmas stalinistas, quedaban clasificados automáticamente como revisionistas y no marxistas.Según el stalinismo,Plejanov es ,por una parte, un buen popularizador de la filosofía marxista , y por otra, un revisionista; Lukács y Bloch son declaradamente revisionistas.De esta manera, el stalinismo prohibía una crítica abierta de Marx, Engels y Lenin e ignoraba, a su vez, gran parte de la herencia filosófica de Marx.La superación de los dos aspectos de esta doble actitud es una de las conquistas del desarrollo de nuestra filosofía de postguerra.

¿Por qué razón hemos de presuponer que los «clásicos del marxismo» son los poseedores exclusivos de la verdad filosófica?¿Por qué hemos de menospreciar a todos los demás filósofos marxistas?¿Por qué hemos de ocultar las diferencias entre Marx,Engels y Lenin, cuando existen realmente?¿Por qué debemos rechazar a priori la posibilidad de errores y contradicciones en Engels y Lenin , incluso en el «mismo» Marx ?

Por otra parte, ¿qué razones justifican el rechazo o la prohibición a priori de algunos de los textos filosóficos marxistas (Marx, Engels, Lukács o Bloch)?¿Quién es competente para dictar tales prohibiciones?¿Por qué no hemos de estudiar la herencia filosófica del marxismo en toda su integridad y amplitud?

El abandono de la óptica stalinista y el restablecimiento de la actitud marxista ante la herencia teórica del marxismo, se ha traducido en importantes profundizaciones.La excomunión que Stalin declaró abiertamente a «ciertos elementos» de la herencia filosófica de Marx, significaba, en realidad, una prohibición al carácter fundamental de su filosofía.

El «joven» Marx no es una veleidad juvenil del «viejo» genio que escribió El Capital. La juventud de Marx no fue simplemente un episodio pasajero de «joven hegeliano», sino un período en el que desarrolló las concepciones filosóficas básicas que mantendría en sus obras posteriores.Es imposible una plena comprensión del «viejo» Marx sin el «joven».

Los Cuadernos Filosóficos no es sólo una obra que ,necesariamente, haya de tenerse en cuenta, en las investigaciones de las concepciones filosóficas de Lenin: en los Cuadernos Filosóficos, Lenin consideró críticamente conceptos filosóficos que ya había sostenido con anterioridad. Materialismo y Empirio-Criticismo no es su última palabra en filosofía.

Lenin exageraba al afirmar que la obra filosófica de Plejanov era «lo mejor de toda la literatura marxista internacional»(3),sin embargo, algo de cierto hay en el hecho de que las obras de Plejanov puedan compararse con las de Engels y Lenin. En sus mejores obras, Lukács y Bloch partieron fundamentalmente del «joven» Marx, y sin embargo, no son ni revisionistas, ni popularizadores, sino pensadores marxistas originales.

Si bien la superación de las actitudes dogmático-nihilistas hacia los clásicos del marxismo posibilitó un fecundo trabajo de análisis y evaluación marxistas del desarrollo de la filosofía marxista, no resolvió automáticamente todos los problemas que aquella filosofía planteara. A la vez que se demostraba de manera convincente que es imposible oponer el «joven» al «viejo» Marx y que la obra filosófica de Marx presenta una continuidad básica , se ponía de manifiesto que las concepciones filosóficas de Marx habían variado en ciertos aspectos y permanecían incompletas o inacabadas en otros. No podemos preciarnos de haber estudiado y determinado exhaustivamente todas las etapas del desarrollo filosóficos de Marx , ni de haber analizado y reconstruido con precisión todas sus soluciones, dificultades y preguntas.

También se ha puesto de relieve la existencia de diferencias considerables entre las concepciones e intereses filosóficos de Marx y de Engels. En el centro del pensamiento filosófico de Marx existe determinada  concepción del hombre , mientras que los esfuerzos filosóficos de Engels se orientaron principalmente hacia el desarrollo de la dialéctica de la naturaleza. Necesariamente, surge la cuestión de si la teoría del hombre de Marx (y de Engels) y la concepción de la dialéctica de la naturaleza de Engels se complementan entre sí, se suceden lógicamente una a otra , o por el contrario, se excluyen mutuamente. Ante estos problemas existen diferentes opiniones. Se ha demostrado que en ocasiones Engels contradice a Marx , o cuando menos que ambos no están al mismo nivel; estas discusiones permanecen todavía latentes.

Plejanov, al igual que Marx y Engels, ejerció una gran influencia en la formación de las concepciones filosóficas de Lenin, y algunos historiadores consideran que Boltzmann influyó decisivamente en Materialismo y Empirio-criticismo.Aún no se ha determinado con precisión la medida exacta de todas estas influencias, como tampoco el grado de originalidad de esta obra. Se han mostrado, con toda claridad, las diferencias esenciales entre Materialismo y Empirio-criticismo y los Cuadernos Filosóficos, pero no se ha analizado ni determinado con detalle la relación existente entre ambas obras.  

La obra juvenil de Lukács, Historia y Conciencia de Clase (1923), constituye un ejemplo de una interpretación creadora de la concepción del hombre según Marx. Sus obras posteriores son muy valiosas , a pesar de algunas concesiones al stalinismo , importantes en ocasiones, otras veces insignificantes.¿Qué es lo que perdura en la obra de Lukács?¿Qué es lo que permanece vivo y lo que ha muerto en Marx,Lukács y Stalin?

Ésta son algunas de las preguntas a las que han llegado los filósofos yugoslavos al abandonar la actitud dogmático-nihilista hacia la herencia filosófica del marxismo.En realidad, nos hallamos lejos de su planteamiento definitivo, pero no en el callejón sin salida al que nos quería conducir de una forma u otra el dogmatismo stalinista.

III.Marxismo y Filosofía no marxista.

Marx y Engels respetaban plenamente a Aristóteles , Hegel y otros grandes filósofos del pasado, y sin embargo, ello no les impidió mantener una actitud crítica frente a sus obras filosóficas.El stalinismo por el contrario menosprecia todas las filosofías pre-marxistas, a las que considera como mera prehistoria, separada por una enorme brecha de la filosofía científica marxista, y les atribuye una importancia mínima para la comprensión y desarrollo ulterior del marxismo.Hegel,Feuerbach y otros filósofos premarxistas son , en comparación con gigantes como Marx ,Engels y Lenin, simples «predecesores».    

A diferencia de la filosofía premarxista, que solo es precientífica, toda la filosofía no-marxista posterior a Marx es, según Stalin, declaradamente acientífica, necesariamente burguesa y, por consiguiente, socialmente reaccionaria. Siendo al mismo tiempo acientífica y reaccionaria, no posee, claro está, interés alguno. En consecuencia, la actitud de los filósofos marxistas  frente a la filosofía no marxista sólo puede ser la de una crítica despiadada. El que un marxista esté parcialmente de acuerdo de acuerdo con un no-marxista, constituye una razón suficiente para dudar de su marxismo.
A lo largo de nuestro desarrollo filosófico de postguerra hemos destruido , retornando a la auténtica actitud marxista hacia la filosofía no-marxista , todos estos dogmas stalinistas.

Lenin afirmó que «no se puede comprender plenamente El Capital de Marx y , en especial, su primer capítulo (particularmente filosófico G.P.) si no se estudia y entiende la totalidad de la Lógica de Hegel»(4).Algo semejante puede afirmarse respecto a otras obras, y especialmente de todas las obras filosóficas de Marx y Engels.Muchos aspectos del pensamiento de Marx son incomprensibles sin Hegel, Feuerbach y todo el desarrollo del pensamiento europeo que a ellos condujo. Por esta razón , el estudio de la filosofía premarxista no es simplemente un trabajo especial y profesional de historiografía filosófica , también es una condición esencial para una comprensión plena y para un desarrollo más amplio de la filosofía marxista.

Es absurdo sostener que todos los filósofos no-marxistas posteriores a Marx tengan que ser necesariamente «acientíficos» y reaccionarios. ¿Qué razones impiden a los filósofos no-marxistas descubrir un componente de la verdad filosófica?¿Por qué hemos de cerrar los ojos ante el hecho de que la mayoría de los filósofos no-marxistas importantes del siglo XIX y XX no son apologistas de la sociedad burguesa, sino sus críticos?¿Por qué hemos de irritarnos si algunos de ellos, a pesar de no partir de Marx, llegan a conclusiones semejantes?

Sin embargo , el rechazo de la actitud sectaria ,dogmático-nihilista hacia la filosofía no-marxista no resuelve el problema de un análisis marxista concreto de todos los filósofos importantes y corrientes filosóficas del pasado y del presente. El stalinismo, que daba por sentado que toda filosofía no-marxista es o bien precientífica o acientífica ,o bien, en parte , progresista o reaccionaria , reducía la tarea de la historia de la filosofía a una simple clasificación , de manera que la evaluación de todas las corrientes filosóficas no les supuso ninguna dificultad. Ni que decir tiene que un auténtico análisis de la filosofía no-marxista supone una tarea mucho más compleja.

Durante los últimos años, se han publicado en Yugoslavia interesantes  y valiosos estudios sobre los grandes filósofos del pasado. Y esto sólo es el comienzo.Hemos rechazado, por ejemplo,el dogma stalinista según el cual la filosofía de Hegel es una reacción aristocrática ante la Revolución Francesa.Sin embargo, no podemos citar ni un solo libro que contenga una elucidación detallada de la obra filosófica de Hegel en general , o de la relación de Hegel con Marx.     

Realmente hemos escrito mucho sobre filosofía contemporánea no-marxista. No obstante…..

La filosofía contemporánea del existencialismo trata de problemas humanistas que habían sido tratados por el joven Marx, pero que más tarde los marxistas abandonarían. La concepción existencialista del hombre , en su totalidad, difiere de la concepción marxista del hombre ; sin embargo , ambas se aproximan en algunos puntos. No fue tan sólo un cumplido que el maestro de Sartre , Heidegger, escribiera que la «concepción marxista de la historia (Geschichte) es superior a cualquier otra historia (Historie)», y que «ni la fenomenología, ni el existencialismo (se refería al existencialismo de Sartre, pues él no se consideraba existencialista-G.P.) alcanzan el nivel necesario para sostener una controversia fructífera con el marxismo »(5).No es una simple casualidad que el mismo Sartre haya llegado a la conclusión de que el marxismo es la única filosofía posible en nuestro tiempo y que él mismo , al menos según su propia opinión , se haya convertido en marxista. Sin embargo, en la actualidad, a pesar de hallarnos lejos de una rechazo nihilista del existencialismo, así como de una identificación o «fusión» de esta corriente del pensamiento con el marxismo , no podemos preciarnos de haberla investigado suficientemente y de haber determinado su valor y relación con el marxismo.

Para los no versados, la teoría pragmática de la verdad coincide con las concepciones de Marx. Para evitar esta confusión, se sostuvo que el pragmatismo considera verdad todo aquello que es útil, «cualquier cosa que sea agradable y útil, desde el punto de vista del “negocio” y de la lucha contra el materialismo».(6) En la actualidad hemos llegado a distanciarnos tanto de una falsificación tan burda, como de la confusión  del pragmatismo con el marxismo.¿Pero podemos afirmar que hemos estudiado y explicitado suficientemente la relación entre el pragmatismo y el marxismo?

Los últimos cien años han constituido un período de gran desarrollo de la lógica simbólica.Por el hecho de tomar impulso después de Marx y de no haber sido elaborada por él, el stalinismo la declaró acientífica y reaccionaria. En la actualidad, incluso los stalinistas más ortodoxos han abandonado aquella actitud, y algunos de nuestros marxistas han llevado a cabo valiosos intentos de un análisis marxista de la nueva lógica. Con todo, no podemos jactarnos de haber solucionado el problema del valor de la lógica simbólica y de su ubicación (o exclusión) en la filosofía.

IV. Filosofía y transformación del mundo.

Según la concepción stalinista , la filosofía marxista consiste en el materialismo dialéctico, y el materialismo dialéctico es la «visión del mundo del partido marxista-leninista».(7)Esta tesis se interpreta , por lo general, de manera que el sentido más profundo y la tarea más digna de la filosofía marxista sea servir de arma al partido comunista en su lucha revolucionaria práctica y que su veracidad se determine por el grado en que realice esta función. Del mismo modo, se da por sentado que el partido, en la persona de sus líderes, tiene el derecho y la obligación de modificar el arma y determinar su valor. El partido, a través de sus líderes y sus organismos dirigentes, asigna tareas a la filosofía y determina si se han llevado a cabo correctamente.

La resolución del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (bolchevique) sobre la revista Bajo la bandera del Marxismo, en 1931, y la crítica de Zhdanov a Aleksandrov, en 1947, se basaban en este supuesto; y conforme a estas concepciones ,Stalin escribió el artículo «Acerca del materialismo dialéctico e histórico», que incluyó en la Historia del  P.C.U.S . (b.), atribuyéndole implícitamente el carácter de interpretación de la filosofía del partido oficial.

Rara vez los partidarios de la subsunción de la filosofía a la política recurren a Marx y Engels porque, evidentemente, en ellos no hallarán nada que justifique su opinión. En su lugar citan a Lenin como paladín del principio del carácter partidista (partijnost) de la filosofía.

Lenin, realmente, defiende el carácter partidista de la filosofía en Materialismo y Empiriocriticismo. Sin embargo, estaba aludiendo a la lucha entre dos «partidos» opuestos, el materialismo y el idealismo, ante los que la filosofía, según él, no podía permanecer neutral.(8) Independientemente de lo que se piense acerca de esta tesis, de ninguna manera puede desprenderse de ella que el partido de la clase obrera deba dirigir el desarrollo de la filosofía

Lenin solía manifestar, durante el período de lucha contra el empiriocriticismo, que los desacuerdos filosóficos no podían solucionarse en las discusiones de los órganos del partido, sino únicamente en la libre discusión filosófica. Algunas de sus cartas a Gorki son una clara ilustración de su actitud.(9)

Hemos superado recientemente los dogmas stalinistas que entendían que la filosofía debía estar al servicio de la política y que el partido había de actuar como juez supremo de las discusiones filosóficas: asimismo hemos restablecido la concepción de Marx y Lenin según la cual la filosofía es una actividad creadora e independiente y la libre discusión filosófica, el medio de hallar la solución a los debates filosóficos. Sería injusto atribuir todos los méritos de esta superación a los filósofos ; así, por ejemplo, los políticos han jugado un papel igualmente activo en la lucha por el restablecimiento de una relación justa entre la filosofía y la política, y en la actualidad nuestras concepciones coinciden: la filosofía es su propio juez.

Ello no significa que la filosofía se muestre indiferente ante los problemas de la vida, sino más bien que es plenamente responsable de sí misma. Nadie tiene el derecho de prescribir sus temas, ni sus conclusiones y, en consecuencia, la filosofía no tiene derecho a culpar a nadie por sus propios fracasos.

Mantenerse al margen de los problemas vitales de nuestro tiempo sería un fracaso para la filosofía. Hegel consideraba que la filosofía era su propia época expresada en pensamientos, y Marx reprochó a los filósofos el limitarse a interpretar el mundo de diversas maneras, cuando  en realidad se trata de transformarlo.

¿Acaso esto significa que la filosofía, la cual se ha mostrado únicamente capaz de interpretar el mundo, ha de abandonar la escena y ceder la transformación del mundo a otros? ¿O por el contrario, no pensaba Marx que la filosofía, limitada en el pasado a la interpretación del mundo, deberá transformarlo en el futuro?

Si la filosofía puede y debe transformar el mundo, ¿cómo podrá llevar a cabo esta tarea?

Algunas interpretaciones de Marx consideran que los filósofos no deben ser tan sólo filósofos, sino también políticos y agitadores sociales. Pero, considerar que los filósofos sólo puedan transformar el mundo convirtiéndose en políticos, significa que no pueden transformarlo como filósofos.

Según otras interpretaciones, los filósofos pueden participar indirectamente en la transformación del mundo desarrollando un método científico, aplicable por aquellos que transforman directamente el mundo; es decir, de una parte existirían los científicos, de otra los políticos. En realidad, en el ámbito de la metodología, el pensamiento filosófico y el científico coinciden realmente pero parece dudosa la concepción según la cual unos se limitan a crear unos métodos y otros a aplicarlos.

Quizá la filosofía, permaneciendo filosofía, pueda transformar el mundo. Porque toda interpretación filosófica ¿no conlleva necesariamente determinada transformación e incluso una creación del mundo? La frase de Marx «sin embargo, se trata de transformarlo», ¿significa que el mundo debe ser transformado en cualquier caso, incluso sin intencionalidad, parcialmente o con un sentido reaccionario?, ¿significa que debe transformarse cualquier cosa? ¿O quizá, que ha llegado el momento de la transformación revolucionaria total? El reproche de Marx de que «los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diversas maneras», ¿significa que los filósofos ya no deberían interpretar el mundo? ¿O bien, que sólo los filósofos pueden y deben interpretar la esencia de la etapa histórica presente, el momento de la revolución y de la emancipación humana (no sólo política y económica)? Tal vez no sea ésta una simple interpretación, sino un acto decisivo de transformación revolucionaria.

V. La filosofía y el hombre.

Según la concepción stalinista, la filosofía marxista consiste en «materialismo dialéctico» y consta de dos partes: el método dialéctico y la teoría materialista. La primera parte se reduce a cuatro «caracteres principales» y la segunda a tres. El «materialismo dialéctico», que es una «visión del mundo», está íntimamente relacionado con el «materialismo histórico», es decir, «la ampliación de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social, una Aplicación de los principios del materialismo dialéctico a los fenómenos de la vida social, al estudio de la sociedad y de su historia».(10)

¿El materialismo histórico es también filosofía, de modo que la filosofía marxista pueda dividirse en dos «ramas» principales (materialismo histórico y dialéctico)? ¿O bien, el materialismo histórico es una «ciencia especial» que goza de una relación excepcional y privilegiada con la filosofía? Es ésta una cuestión que Stalin no mencionó, ni consideró prudente plantear.

A lo largo de nuestro desarrollo filosófico de postguerra hemos superado los límites de esta división de la filosofía y al mismo tiempo hemos planteado una serie de problemas que todavía siguen debatiéndose.

En Karl Marx el término «materialismo dialéctico» no aparece en absoluto: ¿constituye una denominación adecuada de la filosofía de Marx'? Engels se refiere al materialismo dialéctico y al materialismo histórico, pero él no los concibe como dos ramas filosóficas separadas: considera que el materialismo moderno es dialéctico porque es histórico. La división entre método dialéctico y teoría materia-lista contradice la concepción del método  de HegeI, Marx  y Lenin, como una forma del desarrollo interno de las cosas. En la concepción stalinista de la filosofía no existe un lugar para la lógica; ésta sólo puede añadirse desde fuera, tal como se llevó a cabo posteriormente. En el seno del materialismo dialéctico los problemas éticos y estáticos sólo aparecen como un elemento de la primacía del ser social sobre la conciencia social. Este modo de considerar los fenómenos éticos y estéticos, simplemente a través del prisma de su determinación social (e incluso económico) y de la «influencia recíproca» sobre la «infraestructura», no consigue diferenciar la especificidad esencial de dichos fenómenos.

No hemos hecho sino tratar someramente estas importantes cuestiones para poner de relieve algo que aún es más importante; no hay lugar para el hombre en la concepción stalinista de la filosofía.

En el centro de la concepción stalinista del materialismo dialéctico hallamos categorías como «materia», «naturaleza», «mente», «consciencia», «relación universal», «movimiento», etc. En el materialismo histórico todo se remite a la «sociedad», «condiciones materiales de vida» y «fuerzas productivas». Ni en la concepción stalinista del materialismo dialéctico, ni del materialismo histórico, aparece en ningún momento el hombre en tanto que hombre.

Algunos autores opinan que no puede considerarse al hombre como tal, puesto que ello es una abstracción vacía. Pero, ¡ «materia», «mente», movimiento», «cantidad», «cualidad» «sociedad», etc., no son abstracciones! ¿Es únicamente abstracto el hombre?

El stalinismo considera que el estudio de los diversos aspectos y formas de la actividad humana (económica, política, artística y científica) abstraídos del hombre total es concreto. ¡Tan sólo el hombre total (concreto) es abstracto!

Una de las conquistas fundamentales de nuestro desarrollo filosófico de postguerra es el descubrimiento de que el hombre, que era excluido de la versión stalinista de la filosofía marxista como abstracción, constituye el núcleo del auténtico pensamiento filosófico marxista. El interés filosófico fundamental de Marx no es una definición de materia o mente, sino la emancipación del hombre, la transformación revolucionaria de un mundo en el que «un general o un banquero juegan un importante papel, mientras que, por otra parte, el simple hombre (el hombre en tanto que hombre) no tiene sino un papel miserable».(11)

El stalinismo, a pesar de rechazar explícitamente la discusión filosófica acerca del hombre, posee determinado concepto del hombre —el hombre como animal económico—. Este concepto del hombre es ajeno tanto al joven, como al viejo Marx, que sostiene, a diferencia de todas las filosofías anteriores, que el hombre no se distingue del animal únicamente por una propiedad particular, sino por la naturaleza y estructura total de su ser. El hombre ni es un «animal racional» ni un «animal productor (le herramientas», el hombre es praxis. «El hombre es praxis» significa, en definitiva, que el hombre es sociedad, libertad, historia y futuro.

Decir que el hombre es un ser creador no significa que todo hombre cree siempre y necesariamente. Pero el hombre es auténticamente hombre cuando no aliena su esencia creadora, cuando se abre al futuro y cuando realizando sus posibilidades humanas históricamente dadas, crea posibilidades nuevas y más elevadas.

Marx, al descubrir la libre creatividad como la posibilidad esencial del hombre, halló, al mismo tiempo, la esencia y las formas más importantes del fenómeno de la alienación. Señalando que la sociedad de clases contemporánea era la sociedad del hombre alienado, la teoría del hombre de Marx apuntaba, simultáneamente, a una transformación revolucionaria del mundo y a la acción de esta transformación.

A lo largo del tiempo transcurrido desde Marx hasta nuestros días, los problemas que él planteó por primera vez no se han solucionado, sino por el contrario, se han agra-vado y agudizado. En una época caracterizada por la práctica de la inhumanidad bajo formas «civilizadas», y por un progreso extraordinario de una ciencia y de una técnica alienadas del hombre, que conllevan mayores problemas y ansiedades al género humano, el pensamiento humanista de Marx adquiere un significado cada vez más actual.

La concepción del hombre de Marx, incluso en la forma en que la dejó planteada, es superior a cualquier concepción contemporánea del hombre. Pero tiene aún sus propios problemas y dificultades sin resolver que se suman a los nuevos problemas que nuestra época tiene planteados. ¿En qué sentido podemos hablar de esencia humana? ¿Acaso, tiene alguno? ¿Qué significa «praxis», «libertad», «posibilidad», «futuro», «alienación» y «auto-alienación»? ¿Qué beneficios aportan al hombre el socialismo y la auto-gestión obrera, las bombas de hidrógeno, la coexistencia que odia la paz y ama la guerra, los vuelos cósmicos? Éstas son las cuestiones más discutidas por la filosofía yugoslava.

VI. Dialéctica.

Según el stalinismo, la dialéctica es un «método» de estudio y comprensión de los fenómenos naturales, caracterizada por cuatro «rasgos fundamentales»: coherencia universal de las cosas, movimiento y cambio, ley del cambio de cantidad en cualidad y oposición de los contrarios. Esta sistematización se considera perfecta y exhaustiva; en ella es imposible añadir o sustraer algo e igualmente es imposible modificar lo más mínimo la sucesión de cualidades.

El retorno de Marx, Engels y Lenin reveló la considerable diferencia entre su concepción de la dialéctica y la de Stalin, el cual, en realidad, tomó de Bujarin su sistematización de las cualidades de la dialéctica. Lenin (al igual que Hegel) no reduce la dialéctica únicamente a cuatro rasgos; por ejemplo, en un apartado de los Cuadernos Filosóficos, enumeró dieciséis elementos de la dialéctica. Por otra parte, la negación de la negación, que para Marx y Engels constituye la esencia de la dialéctica, la ley por la cual el concepto dialéctico del desarrollo difiere más decisivamente de una concepción mecanicista, desaparece en la sistematización de Stalin.

A su vez, el retorno a Marx, Engels y Lenin planteó numerosos problemas sobre la dialéctica. A pesar de que todas las obras de Marx son brillantes ejemplos de aplicación de la dialéctica, no escribió ningún tratado especial sobre esta cuestión. En una carta a Engels (del 14 de enero de 1858), manifiesta su deseo de explicar brevemente (en dos o tres páginas del autor) «lo que es racional y lo que, a su vez, hay de mixtificado en el método que descubrió Hegel».(12) Marx nunca realizó este deseo. Pero, ¿fue por falta de tiempo, o bien porque llegó a la conclusión de que una «dialectización» general carecía de sentido?

Tanto Engels como Lenin escribieron sobre la dialéctica en general, y Engels trabajó intensamente sobre la dialéctica de la naturaleza. ¿Estaba su pensamiento al mismo nivel y dentro de las directrices de las concepciones de Marx?

La mayoría de las connotaciones generales de Engels sobre la dialéctica se encuentran en el Anti-Dühring y en Dialéctica de la Naturaleza. Engels, al concebir la dialéctica como la ciencia de las leyes más generales de todo movimiento, explica y determina estas «leyes dialécticas» más generales en el análisis de «ejemplos», escogidos al azar y en ocasiones muy especiales y específicos, procedentes de diversos aspectos de la naturaleza y de la sociedad. Plejanov expuso la dialéctica de un modo similar, critica-do por Lenin en los Cuadernos Filosóficos.

Lenin, tras indicar que la validez del contenido de la dialéctica debe verificarse por la historia de las ciencias, subrayó que «por regla general no se ha prestado suficiente atención a este aspecto de la dialéctica (por ejemplo en Plejanov): la identidad de los contrarios se entiende como un acopio de ejemplos (por ejemplo el comunismo primitivo). Lo mismo puede decirse de Engels, y ello porque se acepta popularmente... y no porque sea una ley cognoscitiva (y una ley del mundo objetivo)».(13)

Lenin, al criticar la tendencia a la reducción de la dialéctica a una serie de ejemplos, se opuso también a la reducción de la dialéctica únicamente a un método o a una teoría del movimiento. Consideraba, asimismo, la dialéctica como una teoría del conocimiento y de la lógica.

¿Cómo podría desarrollarse una teoría general de la dialéctica, si ello fuera necesario? La concepción de que la dialéctica debe investigarse en primer lugar en las ciencias naturales, está bastante difundida. Las ciencias naturales son algo así como un almacén de material dialéctico; basta con proveemos simplemente de un carretón, car-garlo de dialéctica y volver a casa.

La concepción de Lenin sobre el desarrollo de la dialéctica y su relación con las ciencias de la naturaleza era algo diferente. En su testamento filosófico, su artículo «Sobre el papel del militante materialista», aconsejó a los colaboradores de la revista Bajo la Bandera del Marxismo, realizar un «estudio sistemático de la dialéctica de Hegel partiendo de una perspectiva materialista, es decir, de la dialéctica aplicada prácticamente por Marx en El Capital y en sus obras históricas y políticas...».(14)
Lenin, al explicar y determinar estas ideas, escribió: «Estudiando la aplicación de Marx de la dialéctica hegeliana , concebida desde el punto de vista materialista, podemos debemos elaborar esta dialéctica en todos sus aspectos, hemos de publicar fragmentos de las obras principales de Hegel en la revista e interpretarlos desde un punto de vida materialista, comentándolos con ejemplos de aplicación de la dialéctica de Marx, así como con aquellos ejemplos de dialéctica procedentes del ámbito de las relaciones económicas y políticas que la historia reciente, principalmente la guerra imperialista y la revolución, nos ofrece en abundancia. En mi opinión, los editores y colaboradores de Bajo la Bandera del Marxismo han de ser una especie de sociedad de "amigos materialistas de la dialéctica de Hegel". Los científicos contemporáneos de la naturaleza (si saben observar y si nosotros les ayudamos a ello) hallarán, en la interpretación materialista de la dialéctica hegeliana, numerosas respuestas a los problemas filosóficos fingidos de la revolución de las ciencias naturales, problemas en los cuales los intelectuales —admirados por la moda burguesa— se "extravían".» (15)

Lenin, en lugar de orientarnos a investigar la dialéctica en la naturaleza y en las ciencias naturales, propone partir de Hegel, de Marx y de la historia. En ninguna ocasión afirma que los filósofos necesiten aprender de las ciencias naturales. Por el contrario, los científicos naturales «si aprenden a observar» también aprenderían algo de un Hegel interpretado desde una perspectiva materialista. Sin lugar a dudas, en la dialéctica no encontrarán una orientación concreta para su trabajo, o una solución a sus problemas científicos, sino que hallarán una respuesta a las cuestiones filosóficas que surgen de la revolución de las ciencias naturales.

No creo que Lenin resolviera de esta manera el problema del desarrollo de la dialéctica, o la cuestión sobre la relación entre las ciencias naturales y la filosofía. Por el contrario, descubrió otro problema —el problema de la dialéctica de la naturaleza.

Friedrich Engels trabajó intensamente durante casi diez años, en un libro en el que quería ofrecer una exposición sistemática de la dialéctica de la naturaleza, y donde mantenía la tesis de que «la dialéctica objetiva prevalece en toda la naturaleza».(16)

Él mismo expone en esta obra que no aspiraba a descubrir nuevas leyes dialécticas y a examinar su conexión interna, sino únicamente mostrar que «las leyes dialécticas son las leyes reales del desarrollo de la naturaleza».(17)

Sin embargo, en su manuscrito inacabado Dialéctica de la Naturaleza, sostiene, entre otras cosas, que toda la naturaleza está ínsita «en un flujo eterno y en un curso cíclico»," que existe «un ciclo eterno en el que la materia se transforma», un ciclo en el que nada es eterno, pero en el que todo se transforma eternamente, la misma materia y las leyes que rigen su movimiento y su transformación ; y esta materia, a pesar de su mutabilidad, permanece eternamente igual a lo largo de todas sus transformaciones», de manera que «ninguna de sus cualidades pueden perderse ».(19)

Esta concepción de un «flujo cíclico eterno», de una materia cuyas cualidades y leyes se mantienen siempre constantes, ¿coincide con la tesis de un desarrollo dialéctico de la naturaleza?

¿Qué considera Marx acerca de la dialéctica de la naturaleza? Marx solía indicar que las leyes dialécticas no solamente eran válidas para la sociedad, sino también para la naturaleza. Pero nunca se interesó por la dialéctica de la naturaleza lo suficiente como para tratar de escribir más sobre ella. Se ha adelantado la opinión de que la concepción del hombre de Marx, como productor de su mundo, excluye la posibilidad de una dialéctica de la naturaleza. Naturalmente, esta tesis también puede refutarse, pero tampoco existe ninguna razón para rechazarla a priori como herética.

VII. Materialismo.

Una de las características fundamentales de la concepción filosófica stalinista consiste en la oposición absoluta entro materialismo e idealismo. Según esta concepción, el materialismo es una visión del mundo científica y progresista, y el idealismo, por el contrario, es una visión del mundo reaccionaria y acientífica. La historia de la filosofía es la historia del surgimiento y desarrollo de la visión científica y materialista del mundo y de su lucha contra las concepciones acientíficas e idealistas. El materialismo anterior a Marx es incompleto, tan sólo pseudo-materialista y, por consiguiente, sólo pseudo-progresista y pseudo-científico. El materialismo marxista es completo, científico y revolucionario hasta sus últimas consecuencias y se caracteriza por tres «rasgos fundamentales»: la materialidad del mundo, la primacía de la materia y el carácter secundario de la conciencia, y la posibilidad de conocimiento del mundo.

Es difícil enumerar todos los defectos de esta concepción. En la historia de la filosofía, el idealismo ha sido, en ocasiones, más «científico» y progresista que el materialismo; Marx y Engels lo sabían muy bien y el «joven» Lenin, en algunas ocasiones, optaba por olvidarlo (en Materialismo y Empirio-criticismo), mientras que el «viejo» Lenin (en los Cuadernos Filosóficos) corrigió su propio error al señalar que «un idealismo inteligente está más próximo al materialismo inteligente que un materialismo estúpido ».(20)

En el «joven» Lenin también encontramos una teoría no-dialéctica del reflejo, según la cual nuestra conciencia sólo es un reflejo del mundo exterior, que es externo e independiente de aquélla. El «viejo» Lenin, en sus Cuadernos Filosóficos, también corrigió este pecado del «joven». «La conciencia del hombre no sólo refleja el mundo, también lo crea».(21)

En definitiva, estas diferenciaciones no solucionan los problemas, pero sí plantean algunos de ellos con mayor claridad. No sólo en Lenin y Engels, sino también en Marx podemos hallar algunas afirmaciones que están dentro de la concepción de la teoría del reflejo. ¿Puede acaso armonizarse, siquiera una variante perfeccionada de la teoría del reflejo, con la teoría de Marx del hombre como ser práctico y creador? ¿Ofrece esta teoría una explicación satisfactoria al fenómeno de la conciencia, de la verdad y del conocimiento? ¿Acaso no es tarea de los marxistas, desarrollar la teoría marxista de la creatividad espiritual, a partir de la teoría del hombre de Marx?

Engels, Plejanov y Lenin señalaban a menudo que el materialismo de Marx es esencialmente diferente de todos los materialismos anteriores, incluyendo el de Feuerbach. ¿Pero la filosofía de Marx es únicamente un materialismo (inteligente) dialéctico? ¿O bien, la teoría de la praxis de Marx invalida la oposición tradicional entre materialismo e idealismo?

El «joven» Marx escribe que bajo determinadas condiciones sociales, «espiritualismo y materialismo, actividad y pasividad, dejan de ser antinomias y, por consiguiente, «un de existir como tales antinomias».(22)

Con la negación de estas antinomias tradicionales, abo-011 por un «naturalismo o humanismo consecuente», o realista, que difiere «tanto del idealismo como del materialismo y que constituye, al mismo tiempo, su verdad sintetizadora ».(23)

El «viejo» Marx se considera a sí mismo materialista. ¿Quiere caracterizar de esta manera su punto de vista filosófico, con mayor precisión? ¿O más bien, está disminuyendo la importancia de lo que es nuevo en él?

VIII. Objeciones y respuestas.

Las «insólitas discusiones», últimamente frecuentes en Yugoslavia, son discusiones filosóficas libres sobre cuestiones pendientes de la filosofía marxista. Pero en nuestro pensamiento existen todavía residuos stalinistas (fuertes en algunos y débiles en otros) que impiden la libre discusión filosófica. En nosotros (o en algunos de nosotros), una voz interna descontenta murmura: «¿No nos permitimos demasiadas libertades con nuestros grandes maestros?»

«Ante todo», escribió Engels a Plejanov , «deje de llamarme maestro, por favor. Mi nombre es simplemente Engels»

«De todos modos, ¿no deberíamos ser un poco más modestos?»

«La verdad es tan poco modesta como la luz», escribe Marx, « ¿para quién debe de serlo? ¿Para sí misma? Verum índex sui et falsi . Al contrario, para la falsedad».(25)

« ¿Una discusión libre de todos los problemas, no creará confusión entre las masas?» ¿Por qué hemos de menospreciar a las «masas»? ¿Por qué razón no puede llegar a las masas un marxista no-dogmático, al igual que un marxista dogmático?

« ¿Qué dirán los enemigos del marxismo? ¿Acaso no se sentirán triunfadores al contemplar que escribimos críticamente sobre Marx?» Que digan, si quieren, pero esperemos que pronto ya no puedan decir que «los jesuitas han escrito más estudios sobre Marx y el marxismo que los mismos marxistas».

« ¿Y qué dirán nuestros críticos marxistas, por ejemplo, los chinos?» Probablemente lo mismo que los albaneses.

« ¿Acaso todas estas discusiones no debilitarán a la filosofía marxista en su lucha contra la filosofía no-marxista?» ¿Por qué ha de ser más débil una filosofía viva que una muerta?







(*)PETROVIC Gajo.Marxismo contra Stalinismo.Marx en la primera mitad del siglo XX.Ed.Seix Barral,S.A.Barcelona,1970 .285,pp.




NOTAS:

1.Entre los filósofos yugoslavos también los hay no-marxistas, pero este artículo (publicado originalmente en 1961) trata únicamente de la corriente marxista (predominante y , según el autor, más interesante) de la filosofía yugoslava contemporánea.En el texto de este artículo, el término «filosofía marxista yugoslava» significa los mismo que «filosofía marxista en Yugoslavia».
2.La discusiones sobre el «joven» y el «viejo» Marx (Zagreb, diciembre de 1960) y sobre problemas humanistas del marxismo (Zagreb, diciembre de 1961) fueron organizadas por la Sociedad Filosófica Croata; la discusión sobre praxis, sujeto-objeto y reflexión (Bled, octubre de 1961), por la Asociación Yugoslava de Filosofía.
3. V.I.Lenin,Socinenija (Obras) 4.a ed.Vol.XXXII, página 72-73.V.I.Lenin, Obras Completas (Buenos Aires,Ed.Cartago).
4.V.I.Lenin ,Filosofskie tetradi (Ogiz 1947) ,p.145. (Cuadernos filosóficos)
5.M.Heidegger.Platons Lehre von der Wahrheit.Mit einem Brief über den «Humanismus».(Berna: Zweite Auflage,1954 2),pág.87.
6.M.Rosenthal y P.Indin ,edd.,Kratkü filosofskü slovar’ (Diccionario abreviado de filosofía)(1952 3),u.113.
7. History of the communist Party of the Soviet Union (Bolsheviks),breve curso editado por una comision del C.C. del P.C.U.S. (b.),1938 (Moscú: Foreign Languages Publishing House, 1952), p.165.
8.V.I.Lenin, Collected Works, Materialism and Empirio-Criticism, XIII (New York: International Publishers, 1927),p.311. V.I.Lenin , Materialismo y Empirio-Criticismo : Obras completes (Buenos Aires: Ed.Cartago).
9. V.I.Lenin, Izabrana pisma (Cartas escogidas)(Zagreb : Kultura,1956), pp.178,183,184.
10. History of the Communist Party of the Soviet Union (Bolsheviks), p. 165.
11. Karl Marx, Capital: A Critique of Political Economy, traducido de la tercera edición alemana por S. Moore y E. Aveling; editado por F. Engels; revisado y ampliado según la cuarta edición alemana por Ernest Untermann. Vol. I, p. 51. K. Marx, El Capital (México: F.C.E.).
12. Karl Marx y Friedrich Engels, Prepiska, Vol. II (Belgrado: Kultura, 1958), p. 303.
13. V. I. Lenin, Filosofskie Tetradi, p. 327.
14. V. I. Lenin, O religiji (Zagreb : Kultura, 1953), p. 12.
15. Op. cit., pp. 12-13.
16. Friedrich Engels, Dialectics of Nature (Moscú: Foreign Languages Publishing House, 1954), p. 280, F. Engels, Dialéctica de la Naturaleza (México: Grijalbo).
17. lbíd., p. 84.
18. Ibíd., p. 43.
19. lbíd., p. 54.
20. Lenin, Filosofskie tetradi, p. 258.
21. Ibíd., p. 181.
22. E. Fromm, Marx's Concept of Man, con una traducción en inglés de los Manuscritos Económico-Filosóficos de Marx, por T.B. Bottomore (New York: Frederick Ungar Publishing Company, 1961), p. 135. E. Fromm, Marx y su concepto del hombre (México, F.C.E.). K. Marx, Manuscritos de 1844 (Argentina: Arandú).
23. Ibíd., p. 269.
24. Perepiska K. Marxa i F. Engelsa s russkimi politiceskimi dejateljami (Ogiz, 1947), p. 267.
25. K. Marx y F. Engels, Werke, I (Berlín, 1957), p. 6.




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